domingo, 29 de diciembre de 2013

Carta Abierta para un Obispo

Sr. López Llorente, Obispo de Segorbe-Castellón

Monseñor: en mi pueblo, para la gente que es baja, sea de clase o de conducta, se usa un término simple, persona mala, que es distinto de ser mala persona. Y lo digo en razón de una carta en la que usted ha denigrado a unos niños, justo cuando la palabra amor impregna cada una de las homilías que se escuchan en iglesias y catedrales.
Sus palabras, obispo, suenan como una bofetada en pleno rostro. Son palabras inaceptables, aunque al revestirlas de asertividad pretenda darles un lustre del que carecen.
Dice que el matrimonio entre personas del mismo sexo es la base "para la destrucción de la familia" y tiene entre sus efectos "el notable aumento de hijos con graves perturbaciones de su personalidad".
Solo se me ocurren tres posibles razones para tales afirmaciones.

La primera es que se apoye en evidencias. Pero eso no es posible, no las hay. Le podría dar múltiples referencias de artículos publicados en revista médicas, bioéticas, psicológicas o psiquiátricas, (revista de gran factor de impacto, por si le interesase ese dato) que muestran que no hay diferencias entre los hijos de homosexuales y heterosexuales, entre hijos de una familia tradicional y de una familia no tradicional, que diría usted. No las hay, pero sí señalan los estudios una tendencia (no significativa, cierto es, pero tendencia) a un mayor compromiso de esos niños para con los Derechos Humanos y en la defensa del débil, hacia él cual muestran más empatía. Los investigadores concluyen que es debido a su crianza en un ambiente familiar que inculca esos valores, dado que todavía sus padres han de defender sus derechos, los DDHH, casi todos los días, como hoy hago yo. Lástima que a usted no se le educase en esos valores y esa defensa.

La segunda es que hable desde la propia experiencia. Deseo que no sea el motivo y, si lo fuese, lo lamento. Vivir en una familia que destroce a un niño debe ser horroroso y si, mas de 60 años después, las heridas siguen sangrando, es que fueron muy profundas. La violencia en la familia es nefasta. Pero los dolores propios no pueden servir de excusa para causar dolor a otros. Deben ser motivo para defender al hombre, no para criminalizar sin causa.

La tercera es la impudicia en la palabra. El hablar por hablar, para causar daño y dolor, para crear una base ideológica desde la que atacar a otro porque es diferente. Porque no vive como yo deseo. En esto hay que reconocer la existencia de una gran tradición. Baste recordar con que facilidad se pasó del “no juzguéis y no seréis juzgados” a la Santa Inquisición, que amén de juzgar, se encargó de saquear, torturar y matar a miles de personas. Pero, señor obispo, aunque lo desee, la Edad de Hierro del Papado no volverá, ni el esplendor del Poder Temporal, ni usted podrá llevar sus oropeles a pasear por sus tierras recibiendo la pleitesía de la plebe. 
El respeto se gana, no lo otorga ni un anillo ni una mitra. La Iglesia ha ido olvidando las bases que la formaron y el episcopado se ha desnaturalizado tanto que ya nadie recuerda las palabras de la Primera Epístola a Timoteo: «Si alguno anhela obispado, buena obra desea. Pero es necesario que el obispo sea irreprochable, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; que no sea dado al vino ni amigo de peleas; que no sea codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad; pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?”

Marido,…prudente,…amable,…hijos,… son verbos hermosos. Usted, que  no ha formado una familia, (vivir en familia no es formarla), en vez de conjugarlos, se permite opinar y, con atrevimiento, dañar.

Defienda su modelo de familia o de sociedad, pero respete, como desea ser respetado, los otros modelos.
Y si quiere hablar de niños en riesgo, vuelva la vista a los cientos de ellos que en España pasan hambre todos los días, HAMBRE, obispo, mientras millones de euros vuelan a las manos de los ricos sin que resuene en los palacios episcopales el látigo con él que Jesús arrojó a los mercaderes del templo.

A nadie le voy a permitir que falte al respeto a mi hijo. Ni por cómo ha nacido ni por ser hijo de quiénes es. Con sus palabras, señor, le ha faltado al respeto a él y a miles de niños a los que ni conoce ni, obviamente, proyecta conocer. Ha faltado al respeto a miles de familias de las que no sabe nada porque ni las entiende ni tiene un alma limpia para acercarse a ellas. La concupiscencia, la lascivia en la palabra, es un gran pecado, sobre todo cuando hace daño a inocentes.
“De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis á uno de estos mis hermanos pequeñitos, á mí lo hicisteis ". (Mt. 25, 40)

Esa es mi esperanza: saber que, antes o después, Ilustrísima, usted comparecerá ante Él. Saber que Él le mirará a la cara. Saber que Él le arrojará a ella Su desprecio. Porque ser Obispo nunca puede significar hacer daño a uno de estos mis hermanos pequeños.


A mi marido y a mí, Dios nos ha dado un hijo. Que usted no haya entendido eso solo demuestra lo lejano que está de Él.

Pedro Fuentes

lunes, 2 de diciembre de 2013

Cartas de las Familias de SNH

¿Quién es nuestro hijo?








Hace años, cuando comenzamos este largo y complicado viaje hacia la paternidad mediante GESTACIÓN SUBROGADA, había muchas cosas que no nos planteamos. Todo comenzó a principios del año 2008. Durante el primer viaje a Chicago, en agosto del año 2008, recuerdo el momento en el que estábamos en la clínica de fertilidad rellenando documentación de tipo médica, cuando leímos una pregunta: ¿Qué quieren hacer con los embriones congelados que queden y no los vayan a usar para ampliar su familia?, difícil pregunta y que tenía 3 respuestas:

Una era descartarlos, las otras dos eran, o donarlos a otra pareja/persona soltera que los necesitara para formar su familia o donarlos a la investigación. En su momento, nos planteamos donarlos a la ciencia por sí podrían aportar nueva información científica que ayudara a resolver problemas de tipo médico. En ningún momento nos planteamos la donación a otra persona que los pudiera necesitar, no reflexionamos, ya que nuestra única idea en ese momento era ser padres. Siempre te queda la duda de que esos embriones llevan la misma genética que tus hijos. Es importante reflexionar sobre esta cuestión.

Para llevar a cabo este proceso hacia la paternidad contamos con la ayuda de una donante de óvulos y de una mujer gestante, que gestaría y daría a luz a nuestros hijos. No nos cansaremos de dar las gracias nunca a estas mujeres.

Con el tiempo, vas aprendiendo, madurando, entendiendo conceptos y asumiendo que un hijo no es aquel que lleva tus genes, es el que nace del fruto de un proyecto común, una ilusión y un deseo por formar una familia con la persona a la que amas, como un hijo adoptado, o el hijo de tu pareja al que tú has criado desde que os conocisteis, es tu hijo. El deseo y el amor por tener un hijo te hace padre no sus genes. 

Este año, durante el embarazo de nuestras hijas, empezamos a plantearnos la siguiente cuestión, ¿Que íbamos a hacer con esos embriones que ya estaban creados y no íbamos a necesitar?

Todo comenzó a moverse cuando conocimos a una chica soltera de Madrid, que aun siendo muy joven, ya había tenido que pasar por una situación muy dramática en su vida porque había perdido a su bebe en la fase final del embarazo y ésta desgracia, además la había impedido gestar a su propio hijo de por vida. Fue entonces cuando nos planteamos seriamente, si podíamos hacer algo por ella, y decidimos donarle nuestros embriones. No fue una decisión fácil, no lo vamos a negar, pero nos sentimos muy orgullosos de haberlo hecho. Teniendo ya 3 hijos NO los íbamos a necesitar y pensamos que era la mejor forma de devolver todo lo que nosotros habíamos recibido en estos años.

Nuestros 3 hijos aun no compartiendo el 100% de la genética, son hermanos y no tienen más hermanos. El hecho de donar los embriones no te hace padre de esos hijos, en este momento asumes el rol de un donante de esperma y nada más, les regalas tus genes, al igual que una donante de óvulos no es la “madre biológica” de nuestros hijos, ni la mujer gestante que los gesta y los trae al mundo tampoco es su madre, es su gestante. Los términos son muy importantes y el papel que jugamos todos en esta técnica de reproducción asistida también. A las cosas hay que llamarlas por su nombre para dejar claros los conceptos y no confundir ni a nuestros hijos y ni a la gente que piensa que la genética te hace padre o madre. Las técnicas de reproducción asistida han modificado los conceptos de padre y madre. Para nosotros están muy claros los conceptos y ahora aún más después de haber realizado esta donación.

Ser padre es lo mejor que nos ha podido pasar en nuestra vida y desde aquí queremos dar las gracias a aquellas personas que lo han hecho posible, en especial a Jennifer la gestante de nuestros 3 hijos. Jennifer eres una gran mujer!

A todas aquellas personas que desean ser padres/madres no dejéis de luchar por conseguirlo que al final lo conseguiréis y todo el esfuerzo habrá merecido la pena.

¿Qué importancia tiene la genética?

Puede que cuando nazca tu hijo nadie diga que se parece a ti
Es cierto que no tendrá tu nariz pero te reconocerá al olerte,
no tendrá tus piernas, pero serás tú quien sienta sus pataditas cuando los acunes,
no tendrá tus manos pero se agarrarán con fuerza a las tuyas,
no tendrá tus brazos, pero será a ti a quien abrace,
no tendrá tu voz, pero cuando diga mamá/papá te estará mirando,
no tendrá tu pelo, pero querrá que seas tú quien se lo acaricie,
no tendrá tu boca, pero sí tu sonrisa
no tendrá tus ojos, pero sí tu mirada.

Dedicado a todos los padres/madres que han cumplido su sueño de formar una familia

Ricardo Lucas / Iván Vallejo, 
Papás de familia numerosa homoparental por gestación subrogada

martes, 19 de noviembre de 2013

Carta Abierta a El País

Señor Director de El País:
Don Fernando Lázaro Carreter, en El dardo en la Palabra, cuenta que  “El lenguaje nos ayuda a capturar el mundo, y cuanto menos lenguaje tengamos, menos mundo capturamos. O más deficientemente. Una mayor capacidad expresiva supone una mayor capacidad de comprensión de las cosas. Si se empobrece la lengua se empobrece el pensamiento”. Genial, Don Fernando considera que “La lengua es la piel del alma”.

La conformación de las palabras en nuestra cabeza, el modo en que hablamos. . . la voz humana (que diría Jean Cocteau) como hilo conductor que nos enlaza a unos con otros es importante. Tan importante que las cosas no existen hasta que no se les da un nombre y ese nombre permea a la persona y a su grupo social y toma carta de naturaleza.

Definir correctamente las ideas, las personas, las situaciones o simplemente el color que brilla en la punta del ala de una mariposa es primordial para que todos entendamos de qué hablamos. La definición incorrecta hace daño, vuelve nimio lo grande, arruga la luz y la torna materia de desecho.

Contar esto a personas que viven de y por la palabra es redundante. Sin embargo, es esencial entender que la dignidad o la humillación pueden trabajarse en los gestos, pero éstos pasan.
La palabra permanece. Es duradera y su efecto se prolonga, por sutil que sea, creando categorías en los actos humanos.

Esta es la raíz de la carta que hace unos días remití a El Defensor del Lector de su periódico y que hoy dejo aquí, como carta abierta que espera ser comprendida.

Señor Defensor del lector de El País:

Con dolor, con gran dolor, acabé de leer el pasado domingo el reportaje (o Publirreportaje) titulado “Vientres sin ley”. Imagino que en un remedo mal pergeñado de la película de  Howard Hawks, “Ciudad sin ley”.

Dolor porque se dicen cosas y se manejan conceptos que hacen daño a los cientos de familias formadas mediante subrogación.

En primer lugar, en España la Gestación Subrogada o Subrogación no es Ilegal (“La maternidad subrogada no es legal en España”). Ninguna de las personas que hemos recurrido a ella hemos cometido ilegalidad alguna. No es un delito, ni siquiera una falta administrativa. De haber sido así, difícilmente podríamos tener a nuestros hijos inscritos en el Registro civil, que como sabe está a cargo de un Juez.

Si se refiere a la Ley española de Reproducción, lo que dice es que el contrato es nulo de pleno derecho en España, pero NO la técnica. Por eso somos legales y estamos aquí con la cabeza bien alta.

Además, el proceso gestacional realizado en USA, como el que se describe, recibe tutela judicial efectiva, acorde a las leyes de su lugar de nacimiento. De modo que lo de “sin ley” será un recurso emocionalmente impactante, pero carente otras virtudes.

 

En segundo lugar, no dudo que el Sr. Expósito (u otras personas)  haya tenido a su hija mediante un Tour de la Fertilidad o mediante  un vientre de alquiler (“no es infrecuente encontrar chicas que no desean alquilar su vientre a una determinada pareja”). No dudo que la periodista haya disfrutado de la visita porque el “supermercado de agencias de óvulos, de madres subrogadas y de bancos de espermatozoides es amplio y variado en Los Ángeles”.

 

Pero mi hijo ha nacido a través de una técnica de reproducción asistida llamada subrogación, gestación subrogada o, como recoge la Ley española, gestación por sustitución.

 

El periodismo seguro que conoce el valor de la palabra, pues vive de ella. No voy a explicar por tanto la diferencia entre decirle a un niño que ha nacido de un vientre de alquiler o de una gestación subrogada.

Sé que determinados términos venden más y que son motores de búsqueda más potentes. Pero eso no soslaya el respeto que se le debe a los niños, a todos los niños, nacidos mediante técnicas reproductivas, sean las que sean.

 

Que los vulgarismos nacidos en las telenovelas o en telefilmes de bajo presupuesto, que tanto entretienen los domingos por la tarde, sean de lenguaje común no los hace menos vulgares. Ni menos lesivos. No he encontrado que a los hijos de donantes de semen se les llame “niños de paja” o “niños de semen vendido”. Se habla de donantes, de donación. Pero cuando una mujer dona su capacidad gestacional se habla de  “niño venido al mundo dentro de un vientre de alquiler”

Yo no he alquilado a ningún ser humano, señor, porque eso sí que es ilegal. Y viola los principios de la ética y de los DDHH.

 

Pero es el lenguaje, el modo en que se narra el viaje, lo que es realmente lesivo. Cuando el día de mañana un niño nacido mediante esta técnica reproductiva quiera leer sobre ella, puede que encuentre su artículo ¿Cómo se sentiría usted leyendo esas cosas sobre su concepción y nacimiento? ¿Qué sentiría al imaginar a sus padres en el supermercado de la carne?

 

SI, he leído lo que dice una pareja de la Asociación Son Nuestros Hijos. Un contrapunto, pero el daño está en el titular. En los titulares. Sin Ley. Alquiler. Tour. Supermercado. Y el daño está hecho.

Por eso, repito que con dolor, con gran dolor terminé de leer el reportaje sobre una técnica de reproducción asistida. Lastima que el respeto al menor no figure entre lo que se cuenta.

 

Y la mujer. Llevo asistiendo a mujeres durante su embarazo y parto desde el año 1982. Tal vez por eso me merezcan tanto respeto. Un respeto que aquí, al cosificarlas, no se les ha demostrado.

 

Mi deseo hubiese sido remitir este escrito al Director o a la Periodista en cuestión, pero tal vez usted sea el vehículo adecuado para hacerles llegar este sentimiento que me embarga.

 

Atentamente

 

Pedro Fuentes Castro



--Tal vez porque  “La escritura es la pintura de la voz” habría deseado que su paleta tuviese otros colores--

martes, 22 de octubre de 2013

LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE . . . SUBROGACIÓN


Hijos.

Pequeños, revoltosos, alegres, cabezotas, mandones, tranquilos, sonrientes, traviesos, los que te miran con sus ojos inmensos y te taladran y sabes que da igual que las noches sean en blanco porque cuando oyes como te llaman todo, todo, merece la pena. 
Nada hay más hermoso que la voz de un hijo.



















Por ellos estamos aquí y cada día uno se levanta pensado en ellos y duerme con ellos en el alma. Aun cuando no hayan nacido siquiera. Pero ya se les vive, se les habla, se les siente como un latir continúo al lado de nuestro corazón.

Cuando dentro de uno prende la semilla de un hijo nada hay que pueda detenerla. Crece, se expande, se vuelve un árbol de tronco robusto, recio, capaz de soportar todos los vientos, todas las sequías....Y entonces sabemos que lucharemos por hacer realidad el sueño de ser padres.


Pero no es un automatismo sin más. El hecho reproductor para nosotros es muy diferente del animal. Porque no es tan básico. No es un simple instinto, es un deseo íntimo y personal. Algo que trasciende la línea  de la sangre. Incluso da igual que los genes sean nuestros o no. Lo que importa es que sea nuestro hijo.

Eso explica por qué se puede recurrir a la donación de espermatozoides, de óvulos, de embriones o de capacidad gestacional.
Algo que sería inimaginable si lo que mandase fuese biología pura, lo que obliga al león vencedor, cuando derroca al viejo líder de la manada, a matar a los cachorros del otro para que las hembras entren en celo y poder dejar su herencia. Su rastro. 

Los humanos hemos cambiado nuestros ecosistemas sociales y reproductivos. Hoy, tener relaciones sexuales no es sinónimo de reproducirse, es mas, rara vez el fin de las relaciones sexuales es la reproducción. Del mismo modo, los actos puramente reproductivos no van ya ligados al hecho de la paternidad y maternidad. Ser padre o madre no depende ya de una eyaculación, de una ovulación o de una gestación. Lo que define la filiación es el deseo de los progenitores de ser padres y no la técnica reproductiva, natural o asistida, que se aplica para lograr el fin.

Las Técnicas de Reproducción han cambiado la vida de muchas personas, aunque una de ellas, la Subrogación, sigue siendo tratada como algo diferente.
Y en este trato diferencial influyen ideas preconcebidas, miedos no bien racionalizados, tradiciones del tipo “madre no hay más que una”, el clásico “siempre ha sido así” o prejuicios hembristas.

Para verbalizar esa diferencia se mantiene y sostiene la denominación vulgar de este proceso reproductivo. Pese al tiempo que nuestro grupo lleva explicando lo qué es y cuál es su nombre, aun no ha calado el cambio de concepto. Se le sigue llamando vientre de alquiler. A veces me veo incluso obligado a usar estas palabras porque, si no, mis interlocutores me miran sin entender de qué hablo.
Un nombre que suena como un insulto para los que mediante la subrogación hemos formado o esperamos formar nuestra familia. Vientre. Alquiler.

Un insulto, una degradación que hace que se pueda usar la referencia a la técnica, con impunidad,  incluso en anuncios publicitarios de marcado mal gusto, como ha pasado recientemente. Actitudes que no respetan ni a las mujeres en general ni a la ciencia reproductiva.

Sabemos, además, que hay sectores que se oponen de modo activo a que el proceso se llame de otro modo, pues perderían sus argumentos para rechazarlo. Enfrentarse a una técnica reproductiva no es tan "edificante", tan moderno, como oponerse a la esclavitud del vientre.

¿De verdad creen que se alquila un vientre?

Hay casos, en la subrogación, en la donación de semen, en el modo en que el vecino te cuenta cosas o en las miles de circunstancias de cada día y cada afán, en que la gente se mueve por dinero. Única y exclusivamente. Para bien o para mal, el ser humanos es así. Nos gustaría que las relaciones interpersonales fuesen siempre perfectas. No lo son. Pero...

Generalizar una técnica médica planteando que se va “alquilando” a un ser humano, explotándolo y, por supuesto, robándole luego un niño, solo es posible en mentes míseras, mentes que no son capaces de ver que la gente es mas buena de lo que creemos. Que da porque quiere ayudar. Que se dona leche, sangre, órganos, células, cordones de recién nacidos y si, también, hay quien dona su capacidad de gestar. Su capacidad de ayudar a nacer a los hijos de otras personas.
Donan una capacidad sin la cual esos niños no existirían. Y eso no tiene (jamás tendrá) precio.

Seguiremos escuchado cosas como que "si no puede uno tener hijos hay que resignarse". Aplicado a la gestación subrogada, claro.
Mientras, proliferan las consultas de reproducción y se financia tratamientos para familias convencionales.
Hay personas que tienen más derecho que otras a tener hijos.

Seguiremos escuchando que se "trafica con mujeres". 
Pero qué pocos de los que dicen eso han hablado alguna vez con una mujer dispuesta a gestar un hijo para otra persona.

Los nombres son importantes.Nos definen, nos marcan y conforman. Los nombres ensalzan o humillan. Los nombres educan. El nombre de las cosas puede cambiar una sociedad.

Pelearé el nombre de Subrogación allá por donde vaya.

Gestación subrogada. Ni siquiera  maternidad subrogada. Porque lo que se subroga es la capacidad de gestar, no la maternidad, que es otra cosa. Ser madre es algo más que gestar, como es algo más que tener o no tener óvulos. Al igual que ser padre es algo diferente de lo que haga o deje de hacer un espermatozoide.

Por respeto a nosotros mismo. Por respeto a nuestras gestantes. Pero, sobre todo, por respeto a nuestros hijos tenemos que pelear que el nombre, y toda la terminología, sean correctos. 

A nadie se le escapa que entre decirle a un hijo que ha nacido mediante una técnica de reproducción asistida, llamada subrogación o gestación subrogada, o mediante un vientre de alquiler hay todo un mundo de distancia. Con el primer nombre se le dice que se ha peleado por él, que es querido y deseado y buscado por sobre todos los problemas y trabas. Con el segundo nombre se le viene a decir que se ha mercadeado con él. La diferencia es abismal. En concepto y en hechos. Y en otras técnicas no ocurre esto. A nadie se le ocurre referirse a una donación de óvulos como "venta de huevos".

Si, los nombres son importantes y de nosotros depende lograr que la sociedad abandone el vulgarismo y utilice el nombre adecuado, él que nos dignifica.

El camino tal vez sea largo, pero cuando a nuestro alrededor se hable de Subrogación, cuando en nuestro país sea una técnica reproductiva más, cuando las personas puedan realizar su sueño de ser padres y madres sin miedos y mediante la técnica adecuada. Cuando los niños puedan correr por las calles sin que nadie piense que unos son diferentes de otros. Cuando eso pase, y será mas pronto que tarde, sabré, y sabremos, que el esfuerzo ha merecido la pena.

Amigos, tener a mi hijo es lo mejor que me ha pasado en la vida.
Pelead sin miedo y con la cabeza alta.
Son Nuestros Hijos!!

(Ahora, cuando acuesto a mi hijo, le doy un beso y susurro: buenas noches, hijo. Él siempre me responde, con esa voz única para mi: buenas noches, papi.....)


miércoles, 4 de septiembre de 2013

Queja abierta ante Creditomas.es con motivo de su anuncio en TV

Les escribimos esta carta abierta desde la asociación «Son Nuestros Hijos», que agrupa a más de 200 familias españolas que han acceden a la parentalidad a través de Gestación Subrogada.

Les queremos transmitir nuestra más absoluta repulsa al anuncio que su empresa Creditomas.es está emitiendo desde hace unos días en TV, en el que se muestra la Gestación Subrogada, mal llamada “vientre de alquiler”, de una manera vejatoria, hiriente y atentatoria contra el honor y dignidad de las mujeres gestantes y de nuestras familias.

Es indignante que traten el tema de la Gestación Subrogada como si las mujeres que ayudan a otras personas a tener hijos por este medio lo hicieran únicamente por dinero y a la desesperada. Deberían respetar a las familias cuya única vía para tener hijos es la Gestación Subrogada, y a las mujeres que les ayudan en su proyecto.

Su escarnio de la Gestación Subrogada, es cruel con nuestros hijos. Pónganse en su lugar al ver este anuncio de tan mal gusto y quedar expuestos a las humillaciones que el anuncio puede provocar en su entorno (compañeros de clase, etc.).

El anuncio de Creditomas.es es cruel, vejatorio y atentatorio contra la dignidad de mujeres, niños y familias. Solicitamos a los responsables de esa empresa que lo retiren de la emisión inmediatamente.

Fdo. Asociación «Son Nuestros Hijos»

jueves, 4 de julio de 2013

Orgullo

Era el año 2008 cuando nacían unos niños mellizos en la ciudad de San Diego, California. Sus padres, dos hombres. Su nacimiento, mediante reproducción asistida. Quisieron seguir los trámites habituales para inscribir a sus hijos, como ciudadanos españoles que son, en el Registro civil consular. Se les denegó. Y recurrieron (aún están recurriendo). Y aquí empezó algo grande: Son Nuestros Hijos.

El próximo 6 de Julio se celebrará en Madrid el Día del Orgullo. Los colectivos homosexuales, transexuales y bisexuales se manifestarán, como viene sucediendo desde hace años.

Ese día, por primera vez, Son Nuestros Hijos también saldrá a la calle.
Nuestro tren, lleno de niños, recorrerá Madrid en una expresión de alegría, de vida y de futuro.

Somos un colectivo formado por familias diversas, que es independiente del número de progenitores que las forman o de la orientación sexual que estos tengan, y por tanto más de uno pensará que en realidad no encajamos en ese día.
Que no es el lugar para nuestras reivindicaciones.

Pero el día del Orgullo es, sobretodo y más allá de estereotipos, carrozas o música desenfrenada, es, repito, eso: Orgullo. 
Lo que viene a ser una forma de decir soy como soy, no me avergüenzo ni de ti ni de mí y lucho porque todos tengamos los mismos derechos.

Y esta idea sí representa el espíritu de SNH: Un grupo de personas que creen en la gestación subrogada para desarrollar su proyecto de familia, que no temen combatir por ella y pelear por que se regule y normalice. No por nosotros, si no por ellos. Nuestros Hijos.

Vamos a salir a decirle al mundo y sus gentes que mujeres y hombres, por igual, tienen derecho a formar su familia recurriendo para ello, si lo precisan, a la ayuda que la ciencia les pueda brindar.

Para que nadie discrimine a un niño en función de su nacimiento, como dice la Constitución Española. Como dicen las leyes internacionales.
En eso creo que todos estamos de acuerdo, seamos heterosexuales u homosexuales, y por nuestros hijos y su futuro sé que estamos dispuestos a hacer lo que sea preciso.

Con SNH la  Gestación Subrogada salió del armario, donde la tenían muy guardada las familias tradicionalistas y los políticos al uso, y empezamos a aparecer en los medios de comunicación, a hablar, a dar la cara. 

El resultado es nuestra Asociación actual: hoy familias diversas, homoparentales, heteroparentales, monoparentales, vamos a la calle a decir que la Subrogación está aquí, que es legal, que son nuestros hijos y que han de tener los mismo derechos que cualquier otro niño.

Salimos con Orgullo para decir que solo la visibilidad, el respeto a los derechos humanos y la correcta regulación pueden prevenir el mal uso de la ciencia o el abuso de las personas.

Salimos para defender la desobediencia civil que representa viajar a otros países para tener acceso a cuidados y técnicas médicas. Y a decir que es aquí donde se debe regular para que todos tengamos las mismas oportunidades.

Salimos para reivindicar el Derecho de todos los seres humanos a crear su propia familia y a decir, alto y claro, que este derecho está manifiestamente expreso en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en la Declaración de Derechos Sexuales y Reproductivos.

Hoy salimos orgullosos de una realidad: nuestra familia.
Lograda mediante una técnica de reproducción asistida. 

Estamos orgullosos de nuestros hijos. 
Orgullosos de ser lo que somos: padres y madres que han peleado duro para llegar aquí, para llegar a ellos.
                                            Ellos
                                                         Son Nuestros Hijos


Por tanto, animo a todos los que consideran que Libertad e Igualdad debe ser una forma de vida y de entender la vida y los DDHH a acudir el día 6 y a celebrar con nosotros la fiesta de nuestras familias. Los globos de colores, la risa de los niños, la ilusión de los futuros padres, todo eso, y más, mucho más, merece la pena.

Ven, acompáñanos. 
¡Nos vemos en Atocha!

¡Buen Día a tod@s¡



martes, 28 de mayo de 2013

Los Contratos y las Técnicas


Fue hace unos días, en unas Jornadas dedicadas a la Familia. Se hablaba de Gestación Subrogada. A favor y en contra. Al final se me hizo una pregunta, la última pregunta:
No quiero contradecir a un ginecólogo, pero la gestación subrogada no es una técnica de reproducción asistida, es un contrato, ¿no?

Al principio quedé desconcertado, lo reconozco, no entendía. Ahora, y gracias a esa pregunta (gracias, Gloria!) entiendo muchas cosas. Cosas como decir que en España la gestación por sustitución es ilegal o está prohibida. Cosas como hablar de tráfico de menores. Cosas que dicen tanto los que se posicionan a favor como en contra de la técnica. Cosas . . . .

Para empezar, en España no está prohibida la Gestación por Sustitución, nombre legal de la técnica en nuestro país. Lo que se considera nulo (que no prohibido) es el contrato. Es decir, los acuerdos a los que los padres lleguen con la gestante no son refrendados por el Estado, que siempre asignará la filiación del nacido a la subrogada, pero que SI reconoce como padre al hombre que ha realizado la subrogación. Los pasos siguientes incluirían la renuncia de la gestante y adopción por parte de la madre o el padre intencional.
La ley excluye del uso de la técnica a las mujeres, ya que para que se pudiese asignar la filiación a una mujer ésta debería casarse con la gestante, lo cual ya sí sería fraude de ley.  Es discriminatoria, deja muchos vacíos legales, pero es la regulación que hay desde 2006.

Pero hablemos de contratos y tipos de contratos y de técnicas y tipos de técnicas.
Contrato: Pacto o convenio, oral o escrito, entre partes que se obligan sobre materia o cosa determinada, y a cuyo cumplimiento pueden ser compelidas. Definición dada por la RAE y que podríamos ampliar diciendo que contrato es todo tipo de pacto, acuerdo, planificación, convenio, asunción de responsabilidades, etc., entre los participantes en él y que les obliga, independiente de que sea escrito, oral, público o privado.

El otro punto de la reflexión son las Técnicas de Reproducción Asistida Humana (TRAH), que  surgen para maximizar las posibilidades de fertilización y de embarazo viable. No generan modificación en el patrimonio genético del embrión humano, persiguiendo lograr un recién nacido vivo, meta fundamental de todo proceso reproductivo, sea o no natural. En la consecución de este objetivo hay que diferenciar: Técnica y Técnicas Aplicadas.

Por ejemplo, la inseminación artificial: como técnica básica es el depósito de espermatozoides de forma no natural en el aparato reproductor femenino. La aplicación de la técnica, la inseminación en la práctica, conlleva unos acuerdos, un contrato, que será diferente según los actores implicados, como será diferente el manejo médico y el manejo biológico.
Es decir, no es lo mismo que el semen sea de la pareja o de donante, pues la preparación y el manejo en laboratorio es diferente. Tampoco es igual que sea fresco o congelado.
El contrato para la aplicación de la técnica también es diferente: la donación supone renuncia a los derechos reproductivos del  donante, supone  compensación económica por las molestias e implica, en muchos  países, dificultades del  niño si desea conocer su origen biológico.
Además contiene, según sea semen propio o donado, una intencionalidad diferente: en donación la intencionalidad del donante es NO ser considerado padre, frente al padre intencional que SI es considerado padre, aún en ausencia de lazos biológicos. Padre/madre es quien aporta la intencionalidad, con independencia del sexo,  y no quien aporta el semen.
Un punto más que marca la diferencia es el consentimiento informado, que no será lo mismo para un donante, que para el uso de semen propio, y que no será lo mismo si se usa para inseminar a una mujer o a otra.
Por tanto una misma técnica básica puede dar lugar a diversas técnicas aplicadas, con diferente manejo médico, biológico y legal, con diversos acuerdos externos e internos (contratos) en función de las personas en las que se aplica.

Las clasificaciones son variadas, pero a modo de resumen, y desarrollando principios básicos, tenemos:
1.- Estimulación ovárica (EO)
2.- Donación de óvulos
3.- Inseminación artificial (IA)
4.- Transferencia intratubárica de gametos (TIG). Poco usada hoy en día.
5.- Fertilización In Vitro con Transferencia de Embriones (FIV-TE) implica la recuperación de óvulos por aspiración de los ovarios femeninos. La fecundación por el espermatozoide tiene lugar en el laboratorio. Supone necesariamente:

A- Óvulos extraídos para su manejo en laboratorio
B- Espermatozoides preparados en laboratorio
C- Fecundación en medio de cultivo celular adecuado (FIV)
D- Colocación de embriones en el interior del útero (Transferencia de Embriones)

Las posibles variables de la FIV son:

  • Óvulos propios o de donante; frescos o vitrificados.
  • Semen propio o de donante; fresco o congelado.
  • Transferencia de embriones a útero propio (madre) o a útero donado (gestante, subrogación).

En cuanto a los embriones que se transfieren, pueden ser:

  • Propios o donados.
  • Un embrión o dos o más embriones.

6.- Inyección intracitoplasmática (ICSI) de un solo espermatozoide en el óvulo.

Por tanto, la Subrogación es una TRA en la que los embriones, obtenidos mediante FIV o ICSI, son trasferidos al útero de  una gestante que no es, ni se considera ella misma, la madre. Incluye el concepto de intencionalidad.
El contrato, oral o escrito, ha de recoger las medidas que se toman para asegurar el adecuado bienestar, dentro de lo posible, de la gestante y su entorno, incluida la compensación económica por  los riesgos y las molestias que el procedimiento acarrea, así como los acuerdos comunes sobre filosofía respecto a la gestación (sobre el aborto, por ejemplo) y todos los demás detalles que los implicados en el proceso reproductivo deseen. También debe figurar el deseo expreso y manifiesto de cómo se realizará la aplicación de la técnica y cómo se realizará el reconocimiento legal de los padres intencionales, que son considerados los verdaderos padres.

Podemos ejemplarizar lo anterior con 3 casos prácticos:


     A)  Pareja heterosexual en un programa de OVODON
     B)  Pareja homosexual femenina, en un ciclo de ROPA
     C)  Pareja homosexual masculina en un ciclo de Subrogación


Supuesto A:
En un ciclo de OVODON (donación óvulos) participan varias parejas y cada una aporta una donante, que se intercambiarán luego, para mantener el anonimato.
El contrato serian los acuerdos alcanzados entre la pareja, así como con el centro médico de reproducción. El contrato también es el acuerdo de compensación para la donante que marca la ley, para cubrir riesgos, molestias, gastos de desplazamiento, etc. Lleva en sí mismo, se ponga por escrito o no, la renuncia a la maternidad por parte de la donante (intencionalidad).
La técnica precisa donación de óvulos, con estimulación ovárica, extracción de ellos y FIV, y simultáneamente a la mujer receptora se le preparará su útero. Y se capacitará el semen, propio o donado.
La técnica implica por tanto: una pareja, hombre y mujer, que Si son considerados padres (aún cuando el semen sea de donante, como los óvulos) y una donante, que No es considerada madre.

Supuesto B:
En el método ROPA (Recepción de Óvulos de la PAreja, si bien lo que se trasfiere son embriones, no óvulos), una pareja de mujeres deciden ser madres repartiéndose los papeles: una aportará los óvulos y la otra el útero donde se desarrollará el hijo. El único requisito es que deben estar casadas (contrato matrimonial).
El contrato son todo los acuerdos internos: quien aporta los óvulos, quien será gestante, donde se va a hacer, cuántos embriones se trasferirán, cuántos intentos habrá, semen fresco o congelado, donde se parirá, como se llamará/n la/s criatura/s y cómo se realizará la inscripción en el Registro Civil. Contrato son también los acuerdos externos, con el médico que va a llevar a cabo el proceso, el banco de semen al que se abonará el precio acordado por el tratamiento de la muestra, etc.
La técnica es, básicamente, una fecundación in vitro. En un ciclo de ROPA hay que coordinar los ciclos ováricos de la pareja, por lo que ambas recibirán tratamiento, según el acuerdo previo.  
Implica a una mujer que aporta los óvulos, que es Si considerada madre, una receptora de embrión/es, que Si es considerada madre y un donante de semen que No es considerado padre.

Supuesto C.
Gestación subrogada realizada por una pareja masculina.
El contrato son los acuerdos entre la pareja, relativos a donde se va hacer, número de intentos, uso de semen de ambos o no,  características de la clínica, Registro civil, etc. El contrato también es el modo de compensar a la gestante y el modo de asegurar su bienestar mediante los seguros adecuados, etc. Incluye la intencionalidad.
La técnica es una FIV con TE. Hay una mujer donante de óvulos y una mujer que llevará adelante la gestación, cuyos ciclos habrá que coordinar, como en el caso anterior.  El semen en estos casos es homologo, propio, y con frecuencia se utiliza el de ambos.
Implica a una donante de óvulos, que No es considerada madre, una receptora de embrión/es, que No es considerada madre y unos hombres que aportan el semen y que Si son considerados padres.

Técnica y contrato se imbrican, pues la una no se puede hacer sin él otro. Pero eso es algo consustancial a todas las TRA.
Es cierto, hay quienes plantean que la subrogación no es una técnica de reproducción asistida, sino un acuerdo–financiero o no- entre dos o más partes que emplea una técnica de reproducción asistida, la fecundación in vitro y trasferencia de embriones.
O lo que  es lo mismo: la técnica ROPA, simple o cruzada, no es una técnica de reproducción asistida, sino un acuerdo–financiero o no,- entre dos o más partes que emplea una técnica de reproducción asistida, la fecundación in vitro y trasferencia de embriones.

Que los contratos se pueden violar o viciar desde el inicio, lo sé. Que se puede traficar con personas, que existe la amenaza, la violencia y la guerra en el mundo no se puede negar. Pero la subrogación es una técnica médica. Pervertirla es algo que el ser humano puede hacer, pero no necesariamente. Y desde luego la solución no es negar su existencia y su realidad.

Por tanto una cosa más: su regulación es la forma más eficaz que conozco para prevenir su corrupción y los daños que el mal empleo de la ciencia pueda  acarrear.
Las TRA suponen una solución a los problemas reproductivos de muchas personas y la Subrogación  puede estar indicada para cualquiera. Para unos será la última opción a tener en cuenta; para otros, será la primera. Indicada tanto en patología orgánica como en esterilidad funcional, representa un cambio en los planteamientos reproductores. Si una mujer tiene una malformación de útero que le impide gestar, es una mujer infértil pero que puede recurrir a una TRA, la subrogación. Si lo que hay es un problema ovárico, se recurrirá a la donación. ¿Por qué es más digno y aceptable que una mujer tenga hijos con óvulos donados, a que lo haga recurriendo a la donación de la “capacidad de gestación”? ¿Por qué una mujer sola tiene derecho a tener un hijo, pero a un hombre solo le está vedado?

Si el Derecho, con mayúscula, se supedita a la moral social dominante en cada momento histórico o en cada actitud hacia la vida o en cada activismo, los avances a favor de la igualdad y de la libertad serian treméndamente lentos y pasarían siglos sin lograr el cambio. El voto femenino, el matrimonio civil, el matrimonio igualitario, son una buena prueba de esto que digo. Es esperable que una parte de la sociedad, psicológica y sociológicamente, reaccione escandalizándose y rechazando lo nuevo. Al pasar el  tiempo, habrá respuestas de aceptación progresiva, hasta que llega la aceptación mayoritaria: este fue el caso de la fecundación in vitro en su día y lo será de nuevas  tecnologías  en  el  campo  de  la  reproducción. La gestación subrogada es una de esas tecnologías. Está aquí y aquí se va a quedar. De nosotros depende que siempre sea lo que es desde el punto de vista científico: la consecución de un embarazo viable, de un niño que, sin la ayuda de la ciencia, y la generosidad humana,  nunca habría visto el color del cielo.

Dicen que hay un relato bíblico en el Génesis (16 y siguientes) que es un caso de gestación subrogada. No lo creo. Para empezar, Agar era esclava. No tenía más opción que obedecer. No es que se viese más o menos  obligada por circunstancias, es que era así. No existía el menor atisbo de consentimiento. Nadie podía siquiera plantearse el consentimiento en una esclava.  Pero además, Sara jamás llego a sentir a aquel niño, a Ismael, como suyo. No se sintió jamás su madre y, tras parir ella, expulsó de la tribu al niño y a su esclava, y casi perecieron en el desierto. No. Sara jamás fue madre por subrogación. No amó. Ser Madre o Padre, es otra cosa.

jueves, 18 de abril de 2013

BAUTIZOS


Ayer bautizamos a Bruno y Mateo.

Al revivirlo salto, del pasado al presente, en una amalgama de emociones.

Hay días que parecen destinados a ser especiales y ayer fue uno de esos.



Después de tantas jornadas de lluvias continuas, vientos y fríos, la mañana luce radiante. Parece hecha de encargo para acompañar a ese par de pequeños y a sus padres.
También la iglesia presenta sus mejores galas, con globos de colores adornando los pilares, con flores, con el nombre de los niños sobre el altar, el órgano  y la guitarra dispuestos, los sacerdotes sonriendo en este nuevo día de Pascua . . .


Culmina un largo, largo proceso. Un proceso de aceptación personal, de relaciones, de esperanzas, de desencuentros.

Y además hoy unos padres han decidido redondear su sueño y hacer algo que para la mayoría de las familias es puro  ritual y no acto volitivo desde el corazón. No necesitan este momento. Sus hijos están aquí, son suyos para siempre y saben cómo los quieren educar y como los van a criar. Saben del gran reto del respeto al prójimo y de la importancia real de la frase: “amaos los unos a los otros . . .” Lo saben, pero desean celebrar este acto.

 ¿Qué pedís a la Iglesia para vuestros hijos? pregunta el oficiante y ellos, sin una duda en la voz: El Bautismo.

Los niños miran todo con sus hermosos ojos. La curiosidad de sus seis meses asoma ya en sus gestos.
Sus padres, dos hombres, sonríen orgullosos. Son niños para presumir y ver a su alrededor, en el presbiterio, que les arropa familia, amigos, curas, …,eso, les hace sentir aún mas llenos.

Lectura de la carta de San Pablo a los gálatas (3:28)
Ya no hay distinción entre
judíos y gentiles,
esclavos y libres,
hombres y mujeres,
porque todos sois uno en Cristo Jesús


La lectura habla de igualdad. Ese anhelo de tantas personas para no ser discriminados. Por ningún motivo. Creo que es la primera vez que San Pablo me habla tan claro. Como he dicho, hay días que parecen destinados a ser especiales, en todo.
 
No recuerdo cuando comencé a asistir a bautizos. Imagino que sería con los de mis hermanos y primos. Luego fui más allá de la mera asistencia y pasé a ser parte activa: por ahí andan mis ahijados, que no son pocos. Pero ayer, por primera vez en mi vida, participaba en un bautizo desde otra óptica: dos hombres presentan a sus hijos a la comunidad cristiana y ésta lo celebra y canta.

Yo canté. Las músicas, olvidadas desde mi lejana época de niño del coro, allá en mi pueblo andaluz, volvieron de modo natural a mi garganta y canté con una fuerza que no sentía hace mucho.

Las acciones del ser humano son como piedras lanzadas a la superficie de un estanque: generan ondas que modifican, no ya la superficie, si no los bordes y el perfil y el entorno del estanque.

Mientra veo como Bruno y Mateo son ungidos por el óleo, mientras veo el agua bendita resbalando por sus cabezas, veo las ondas nacer, ampliarse, crecer. Las oigo reverberar en las calles y las esquinas. En las plazas y en los bares. En los mercados y las oficinas. Olas de igualdad y de amor.

Cada uno de nosotros vamos modificando nuestro medio con el quehacer diario. Gracias a ello se ha logrado una cada vez mayor aceptación social del matrimonio igualitario o de nuestros hijos. La normalidad  que rige nuestras vidas es como un altavoz diciendo al mundo: soy como tú. Igual que tú, con los mismo derechos y obligaciones y sueños y deseos que tú.

No ha sido fácil que Bruno y Mateo llegaran al mundo. Han sido meses, muchos meses, de esperas, ilusiones, desilusiones, noches en blanco y lagrimas mordiendo la almohada. Miedo a esperar y a no esperar. Miedo a cruzar la mirada con el otro, porque no se quiere uno hacer ilusiones, pero se las hace, ¿verdad, chicos? Y luego el palo y vuelta a empezar. No, no ha sido fácil.

Ser homosexual y padre supone un doble reto, una doble batalla. Porque aún en la sociedad se nos estigmatiza y discrimina. Porque aún hay sociedades científicas que no han  pedido perdón por considerar, durante tantos años, que la homosexualidad era una enfermedad. Porque aun hay mentes enfermas y pecadoras, como la de Juan Antonio Reig Pla, obispo, incapaces de ver el amor humano más allá de sus prejuicios y sus fobias y sus miedos, más allá de lo sucio que ocupa su mente a todas horas.Incapaces de ver a nuestras familias.

Y también es difícil porque tenemos que recurrir a la ciencia y a técnicas de reproducción asistida. Sin la ciencia y sus técnicas este día y tantos otros, no existirían. Técnicas que nos mantiene en vilo, viendo la línea del cielo día si y día también, mientras va amaneciendo y esperamos a ver que trae la mañana en su zurrón. Pero deliciosa ciencia que logra que nazcan estos niños, hermosos por dentro y por fuera.

Fue difícil, si, pero llegaron y están aquí. Y nosotros estamos en el banquete brindando por ellos, por sus padres, por su valentía y su arrojo, por traernos a esos niños.
Entre las mesas corretean otros pequeñajos: Celia, Rodrigo, Alonso, los otros Rodrigos,….El payaso aparece y, cual flautista de Hamelin, se los lleva a hacer su número y los niños saltan y juegan y ríen mientras las conversaciones adultas giran en torno a Bruno y Mateo, al día de sol, a la crisis, al próximo curso escolar y la elección de cole… Mi hijo entra en tromba, encantado, luciendo en su cara el dibujo del Rey león y un poco mas allá aparece Spiderman saltando ágilmente. Rodrigo, a punto de cumplir 4 años, se va a jugar al fútbol con los mayores, porque él ya es grande!. Los gemelos van de mano en mano. Manos ansiosas por acariciarlos, por abrazarlos, por mostrarlos a todos y enseñar sus sonrisas dulces y bellísimas. Casi parece que no hay niño para tantas personas que desean disfrutar de su presencia y su calidez.
La tarde de primavera se va tejiendo entre los rayos de luz y los gestos de cariño, las risas, las miradas cómplices y algún que otro: ¡niño para quieto un minuto!

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Tras el ofertorio, tras la oración sobre las ofrendas, se acerca el momento de la comunión.
El sacerdote se dirige a los padres de Bruno y Mateo. Ellos toman el pan y el vino. Avanzan y se presentan ante todos nosotros.

Y dan la Comunión con una sonrisa en  los labios.

Me embarga la emoción. Unas lágrimas traidoras se asoman a mis ojos. Lagrimas de orgullo, de felicidad, de alegría inmensa.
Siento, en cada centímetro cuadrado de mi piel y en cada poro de mi alma, que solo existen una clase de sueños inalcanzables: aquellos que no se persiguen todos los días.

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Bruno y Mateo se han quedado dormidos. Los niños mayores juegan por el césped mientras sus padres tratamos de evitar que se rompan la cabeza. El sol se está escondiendo y en el aire de este espléndido día de abril, además de luz, se palpa algo más cálido: el amor.



Bruno, Mateo: gracias por existir