jueves, 18 de abril de 2013

BAUTIZOS


Ayer bautizamos a Bruno y Mateo.

Al revivirlo salto, del pasado al presente, en una amalgama de emociones.

Hay días que parecen destinados a ser especiales y ayer fue uno de esos.



Después de tantas jornadas de lluvias continuas, vientos y fríos, la mañana luce radiante. Parece hecha de encargo para acompañar a ese par de pequeños y a sus padres.
También la iglesia presenta sus mejores galas, con globos de colores adornando los pilares, con flores, con el nombre de los niños sobre el altar, el órgano  y la guitarra dispuestos, los sacerdotes sonriendo en este nuevo día de Pascua . . .


Culmina un largo, largo proceso. Un proceso de aceptación personal, de relaciones, de esperanzas, de desencuentros.

Y además hoy unos padres han decidido redondear su sueño y hacer algo que para la mayoría de las familias es puro  ritual y no acto volitivo desde el corazón. No necesitan este momento. Sus hijos están aquí, son suyos para siempre y saben cómo los quieren educar y como los van a criar. Saben del gran reto del respeto al prójimo y de la importancia real de la frase: “amaos los unos a los otros . . .” Lo saben, pero desean celebrar este acto.

 ¿Qué pedís a la Iglesia para vuestros hijos? pregunta el oficiante y ellos, sin una duda en la voz: El Bautismo.

Los niños miran todo con sus hermosos ojos. La curiosidad de sus seis meses asoma ya en sus gestos.
Sus padres, dos hombres, sonríen orgullosos. Son niños para presumir y ver a su alrededor, en el presbiterio, que les arropa familia, amigos, curas, …,eso, les hace sentir aún mas llenos.

Lectura de la carta de San Pablo a los gálatas (3:28)
Ya no hay distinción entre
judíos y gentiles,
esclavos y libres,
hombres y mujeres,
porque todos sois uno en Cristo Jesús


La lectura habla de igualdad. Ese anhelo de tantas personas para no ser discriminados. Por ningún motivo. Creo que es la primera vez que San Pablo me habla tan claro. Como he dicho, hay días que parecen destinados a ser especiales, en todo.
 
No recuerdo cuando comencé a asistir a bautizos. Imagino que sería con los de mis hermanos y primos. Luego fui más allá de la mera asistencia y pasé a ser parte activa: por ahí andan mis ahijados, que no son pocos. Pero ayer, por primera vez en mi vida, participaba en un bautizo desde otra óptica: dos hombres presentan a sus hijos a la comunidad cristiana y ésta lo celebra y canta.

Yo canté. Las músicas, olvidadas desde mi lejana época de niño del coro, allá en mi pueblo andaluz, volvieron de modo natural a mi garganta y canté con una fuerza que no sentía hace mucho.

Las acciones del ser humano son como piedras lanzadas a la superficie de un estanque: generan ondas que modifican, no ya la superficie, si no los bordes y el perfil y el entorno del estanque.

Mientra veo como Bruno y Mateo son ungidos por el óleo, mientras veo el agua bendita resbalando por sus cabezas, veo las ondas nacer, ampliarse, crecer. Las oigo reverberar en las calles y las esquinas. En las plazas y en los bares. En los mercados y las oficinas. Olas de igualdad y de amor.

Cada uno de nosotros vamos modificando nuestro medio con el quehacer diario. Gracias a ello se ha logrado una cada vez mayor aceptación social del matrimonio igualitario o de nuestros hijos. La normalidad  que rige nuestras vidas es como un altavoz diciendo al mundo: soy como tú. Igual que tú, con los mismo derechos y obligaciones y sueños y deseos que tú.

No ha sido fácil que Bruno y Mateo llegaran al mundo. Han sido meses, muchos meses, de esperas, ilusiones, desilusiones, noches en blanco y lagrimas mordiendo la almohada. Miedo a esperar y a no esperar. Miedo a cruzar la mirada con el otro, porque no se quiere uno hacer ilusiones, pero se las hace, ¿verdad, chicos? Y luego el palo y vuelta a empezar. No, no ha sido fácil.

Ser homosexual y padre supone un doble reto, una doble batalla. Porque aún en la sociedad se nos estigmatiza y discrimina. Porque aún hay sociedades científicas que no han  pedido perdón por considerar, durante tantos años, que la homosexualidad era una enfermedad. Porque aun hay mentes enfermas y pecadoras, como la de Juan Antonio Reig Pla, obispo, incapaces de ver el amor humano más allá de sus prejuicios y sus fobias y sus miedos, más allá de lo sucio que ocupa su mente a todas horas.Incapaces de ver a nuestras familias.

Y también es difícil porque tenemos que recurrir a la ciencia y a técnicas de reproducción asistida. Sin la ciencia y sus técnicas este día y tantos otros, no existirían. Técnicas que nos mantiene en vilo, viendo la línea del cielo día si y día también, mientras va amaneciendo y esperamos a ver que trae la mañana en su zurrón. Pero deliciosa ciencia que logra que nazcan estos niños, hermosos por dentro y por fuera.

Fue difícil, si, pero llegaron y están aquí. Y nosotros estamos en el banquete brindando por ellos, por sus padres, por su valentía y su arrojo, por traernos a esos niños.
Entre las mesas corretean otros pequeñajos: Celia, Rodrigo, Alonso, los otros Rodrigos,….El payaso aparece y, cual flautista de Hamelin, se los lleva a hacer su número y los niños saltan y juegan y ríen mientras las conversaciones adultas giran en torno a Bruno y Mateo, al día de sol, a la crisis, al próximo curso escolar y la elección de cole… Mi hijo entra en tromba, encantado, luciendo en su cara el dibujo del Rey león y un poco mas allá aparece Spiderman saltando ágilmente. Rodrigo, a punto de cumplir 4 años, se va a jugar al fútbol con los mayores, porque él ya es grande!. Los gemelos van de mano en mano. Manos ansiosas por acariciarlos, por abrazarlos, por mostrarlos a todos y enseñar sus sonrisas dulces y bellísimas. Casi parece que no hay niño para tantas personas que desean disfrutar de su presencia y su calidez.
La tarde de primavera se va tejiendo entre los rayos de luz y los gestos de cariño, las risas, las miradas cómplices y algún que otro: ¡niño para quieto un minuto!

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Tras el ofertorio, tras la oración sobre las ofrendas, se acerca el momento de la comunión.
El sacerdote se dirige a los padres de Bruno y Mateo. Ellos toman el pan y el vino. Avanzan y se presentan ante todos nosotros.

Y dan la Comunión con una sonrisa en  los labios.

Me embarga la emoción. Unas lágrimas traidoras se asoman a mis ojos. Lagrimas de orgullo, de felicidad, de alegría inmensa.
Siento, en cada centímetro cuadrado de mi piel y en cada poro de mi alma, que solo existen una clase de sueños inalcanzables: aquellos que no se persiguen todos los días.

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Bruno y Mateo se han quedado dormidos. Los niños mayores juegan por el césped mientras sus padres tratamos de evitar que se rompan la cabeza. El sol se está escondiendo y en el aire de este espléndido día de abril, además de luz, se palpa algo más cálido: el amor.



Bruno, Mateo: gracias por existir




lunes, 3 de diciembre de 2012

Del Tribunal Constitucional y otras cosas



 
                 Felipe II en el banquete de los monarcas

Finales de verano en las playas de Almería. Días de mar y arena, de sol y paseos, de risas. Nuestro hijo corretea con el cubo de arena y las palas balanceándose en sus manos. Un señor, un huésped de nuestro hotel, comenta “que niño mas guapo”. El orgullo me infla como un pavo real. Una mujer se acerca a su oído y le dice algo. El señor vuelve a hablar “¡Ah! es el hijo de los maricones, ¿no?”

Algo se me revuelve. Me voy a incorporar. Mi hijo sale disparado, gritando, hacia el agua. Corro tras él, lo atrapo, lo lanzo hacia arriba. Ríe a carcajadas. Está feliz. Y yo me olvido al instante de un señor gris y oscuro.


Cada día, en casi todo el mundo, hay gente que se levanta y va a la calle sin saber si ese nuevo día serán acosados, perseguidos, puede que asesinados. Por ser diferentes. Hombres y mujeres discriminados, por sexo, color, orientación sexual o simplemente por casta o categoría social.

Hay noticias de Francia. Se prepara una Ley sobre el matrimonio que no discrimine a las personas por su orientación sexual. Algo que casi todos los países han rubricado al firmar la declaración de los Derechos Humanos, pero que pocos, a día de hoy, llevan a la práctica. Ser hipócritas es una característica de muchos dirigentes de nuestro mundo. Firmar una cosa, hacer otra.
En Francia han comenzado las manifestaciones contrarias a la nueva legislación. Partidos de derechas, la izquierda católica, ultramontanos... Incluso se manifiestan colectivos homosexuales contrarios al reconocimiento de la Igualdad.

Colombia. Dice la prensa: El senador del partido conservador, Roberto Gerlein, que lleva 40 años en el cargo, ha levantado una gran polémica a por sus declaraciones sobre las relaciones homosexuales, al afirmar, en medio de un debate sobre el matrimonio gay en el Congreso, que “merece repulsión el catre compartido por dos varones". "Qué horror”, añadió. “Es un sexo excremental y no puedo, me perdonan, convertirme en vocero de esa clase uniones que llevan a esa clase de excesos”. Debe ser horroroso, repugnante, levantarse y ver a este señor en el catre.

Andrea tenía 15 años y vivía en el sur de Roma. Andrea se ahorcó, en su casa, con su bufanda. Dicen que estaba enamorado, en secreto como suele ocurrir a esa edad, de una muchacha de su instituto, pero se burlaban de él, de su aparente homosexualidad. Su ropa de colores llamativos, sus pantalones rosas, el ser diferente le llevó al insulto. Cosas de la incultura. Ser  homosexual en la Italia de nuestros días, parece ser un baldón, una lacra, un delito. Muchos ignoran que la homofobia mata. Certera, eficaz, fría. La homofobia es una enfermedad.

Tonio Borg, el candidato del Gobierno maltés para el cargo de comisario de Sanidad y Consumo, aseguró en el Parlamento Europeo que mantendría sus convicciones —oposición férrea al aborto, al divorcio y a la equiparación de derechos para las parejas homosexuales—, pero que eso no le impediría respetar la legislación de cada país en materias tan sensibles. Menos mal. ¿O acaso se había planteado incumplir las leyes? Es mas, su obligación es defender y hacer cumplir las políticas de la eurocámara y en este sentido, en mayo de 2012, se emitió una resolución en la que los eurodiputados consideran que la UE debe ser un ejemplo en la lucha contra la homofobia y que se debe promover el matrimonio igualitario.


Ramón Rodríguez Arribas, miembro del Pleno del Tribunal Constitucional, ha emitido un voto muy duro a una sentencia que califica de “enrevesada y poco eufónica”. Una sentencia que realiza tal “filigrana” para definir matrimonio, que en su falta de concreción podría llegar a entenderse que permite, por ejemplo, la unión entre “un sobrino y un tío”.

Estupor. ¿Eso no estaba permitido?
Aquí hay que detenerse. Porque yo pensaba que, independiente de ideologías, los Jueces españoles intentarían aplicar las leyes y que lo harían en base a un nivel de conocimientos legales, éticos y culturales que sería vasto. Al parecer estoy equivocado.

La unión entre tío y sobrina o tía y sobrino, o primos, es algo más cotidiano de lo que este Juez piensa, del día a día y de toda la vida, señor mío. Parece desconocer la Historia de España más básica, y eso que hay ejemplos muy ilustres:

Felipe IV se casa en segundas nupcias con su sobrina Mariana de Austria, hija de su hermana María Ana, esposa del emperador Fernando III, primo de Don Felipe.

Felipe II casa en primeras nupcias con su prima hermana María Manuela de Portugal, con su tía María I de Inglaterra y su cuarto matrimonio fue con Ana de Austria, hija de su primo hermano Maximiliano II y su hermana María de Austria y Portugal. Era, pues, su sobrina por partida doble.

Carlos I se casa con su prima Isabel de Portugal.

Fernando VII casa con su prima María Antonia de Nápoles, su sobrina Isabel de Braganza, Infanta de Portugal, hija de su hermana mayor Carlota Joaquina, y su cuarto matrimonio, que los hay redundantes, fue con otra de sus sobrinas, María Cristina de las Dos Sicilias, hija de su hermana menor María Isabel de Borbón.

Memorable es también el casorio de Isabel II. Un matrimonio con su primo, el infante don Francisco de Asís de Borbón, duque de Cádiz. Los cónyuges eran primos carnales por vía doble, pues el padre de él, el infante Francisco de Paula, era hermano de Fernando VII, mientras que su madre, Luisa Carlota de Borbón-Dos Sicilias, era hermana de la regente María Cristina.


Eso si, en estos matrimonios, posiblemente,  se pudo contar con la oportuna dispensa papal y ¿sería posible que el magistrado del Constitucional, Rodríguez Arribas, se esté refiriendo a este carácter distintivo y que le preocupe que se posibilite el matrimonio consanguíneo sin la oportuna dispensa?

Dejando a un lado dislates de este porte, y por los que parece que además pagamos un buen dinero, la realidad es que las cosas acaban llegando. Cuesta pero llega. Hay llanto, rabia, dolor, impotencia y lucha diaria, continua.

El mundo está lleno de pequeñas peleas en las que lo jugado es algo fundamental en los Derechos Humanos: la Igualdad.

En España somos unos privilegiados si la mayor crítica que alguien puede hacer al amor entre personas es que se comportan como la Casa Real española.
En otros países aun se acosa, se persigue y se mata a los diferentes, a los albinos, a las mujeres, a los maricones, a...

Pero la victoria que para todos nosotros representa la sentencia del TC no nos debe hacer perder la fuerza ni el empuje.

Aún quedan muchos rincones donde el hombre sigue persiguiendo al hombre por su orientación sexual.
Y aquí, es este país nuestro donde tanto hemos progresado, el odio, el miedo a la igualdad, permanece agazapado en más rincones de los que creemos. Y sí, se trata diferente a un homosexual de un heterosexual.

Aun se nos niegan las prestaciones por nacimiento de hijo, que obtienen sin problemas otros matrimonios o parejas. Aún hay que luchar por la escolarización en iguales condiciones que nuestro vecino de puerta. Aún hay que hablar y explicar y volver a contar que somos tan normales como nuestro interlocutor.

Dentro de 20 años, cuando nuestros hijos sean los que vayan peleando por el mundo, espero que hayamos sido capaces de mejorarlo. Por ellos. Por un mundo mejor, diferente y, sí, mas justo.

Verano en las playas de Almería. Mi hijo corretea entre las mesas. Es la hora de la cena. La gente ya lo conoce y lo llama por su nombre. El señor gris y oscuro se aproxima y el niño le da la mano para jugar. Ríen. Poco después el señor se acerca a la mesa y habla. “Tenéis un hijo precioso, felicidades” Sonrío. Doy las gracias. El señor se va su mesa, a cenar con su familia. Y yo me doy cuenta que no es tan gris y que si está oscuro es por el tono moreno de su piel.

Levanto mi jarra de cerveza y brindo con mi marido. “Por nuestro hijo”.
La luna brillante rutilante, llena, espléndida. Mi hijo la mira y grita entusiasmado: “nunah, nunah, nunahh”.

Si, ha sido buen verano.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

¿Cómo pueden dos hombres tener un hijo? ...6 formas de llegar a la homoparentalidad


Preguntas como esta se escuchaban frecuentemente durante la primera mitad del año 2005. Era la época en la que se discutía acaloradamente sobre la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo:
"Que me lo expliquen, no entiendo cómo dos tíos pueden tener un hijo".

"Hombre + Hombre = Nada
Mujer + Mujer = Nada
Hombre + Mujer = Vida"

Los ataques al matrimonio igualitario argumentaban una supuesta infertilidad de gais y lesbianas que no sabemos qué tiene que ver con el matrimonio. Pero las personas LGTB no somos estériles, aunque en algunos casos necesitamos la ayuda de técnicas de reproducción asistida para tener a nuestros hijos.
Han pasado 7 años desde entonces y la ley de matrimonio igualitario ha favorecido que cada vez haya más familias homoparentales, aquellas en las que los progenitores son personas LGTB. Estamos ante un "homo baby boom" que está superando incluso las expectativas del Gobierno que sacó adelante la ley.
La visibilidad ha llevado a la aceptación. Muchos de los comentarios que se hacían con tanta tranquilidad hace sólo siete años, resultan hoy intolerablemente homófobos. Pero el desconocimiento sigue ahí, a juzgar por la cantidad de explicaciones que uno tiene que dar sobre cómo sus hijos vinieron al mundo.
Si eres una persona LGTB que quiere ser padre/madre, o si te estás preguntando cómo tuvieron a su bebé los dos chicos del 4ºC, la respuesta es probablemente una de estas 6 maneras:
  1. Familias reconstituidas: La más antigua y quizás la más olvidada. Muchos hombres y mujeres actualmente en relaciones homosexuales, han tenido hijos con parejas heterosexuales anteriores. Los niños en esta situación tienen padre y madre pero conviven parcialmente con su familia homoparental recunstituida por su padre con otro hombre o por su madre con otra mujer.
  2. Padres y madres transgénero: ¡Por supuesto que existen! Forman familias en las que uno de los progenitores ha pasado por la transición para adaptar su cuerpo al género con el que nació. Mujeres que nacieron con cuerpo de hombre, llegaron a ser biológicamente padres y que finalmente consiguieron ser las madres que siempre se sintieron. Hombres transexuales que han mantenido su aparato reproductor femenino y hoy son padres con capacidad de gestar a sus hijos. Familias que empezaron de manera tradicional y terminaron siendo homoparentales tras la reasignación de género de uno de los progenitores... Hay una gran diversidad de familias con un progenitor transgénero.
  3. Coparentalidad planificada: Se da cuando dos personas (pongamos que al menos una de ellas es LGTB) que no forman una pareja, se ponen de acuerdo para tener un hijo. En este caso, el proyecto de familia no tiene como base el amor romántico entre los progenitores sino simplemente el interés común de ser padres. Un ejemplo sería el de un hombre homosexual que tiene un hijo con una amiga y llegan a un acuerdo de coparentalidad similar al establecido por un convenio regulador tras un divorcio. Además, estas dos personas pueden tener a su vez pareja y aunque el vínculo de filiación se establece solamente con ellas, las estructuras familiares que resultan puede ser muy diversas.
  4. Reproducción asistida para mujeres lesbianas: Para lograr la maternidad en una pareja formada por dos mujeres, es necesario recibir una donación de esperma. El embarazo se puede conseguir por inseminación artificial o por fecundación in vitro, exactamente de la misma manera que se hace para parejas heterosexuales. En algunas ocasiones ambas mujeres quieren participar en el proceso, normalmente por una cuestión romántica. En estos casos, una de las mujeres aporta los óvulos, la otra la gestación y se recurre al mal llamado método ROPA (Recepción de Óvulos de la PAreja). En realidad lo que la madre gestante recibe son embriones procedentes de fecundación in vitro con óvulos de su pareja y esperma de donante. En cualquier caso, tras el nacimiento, se establece un vínculo de filiación con ambas mujeres, es decir, las dos son igual de madres a todos los efectos.
  5. Reproducción asistida para hombres homosexuales: En el caso de una pareja de hombres, no sólo hace falta recurrir a la donación de óvulos sino además acceder a la capacidad de gestar. En varios países se han desarrollado marcos legales para regular el encargo de la gestación a una mujer ajena a la familia: es lo que se llama gestación subrogada (y vulgarmente se conoce como vientre de alquiler). Los procedimientos médicos para la consecución del embarazo son exactamente los mismos que para parejas hetereosexuales, mujeres solteras o parejas de lesbianas.
    En la gran mayoría de las ocasiones, la mujer que dona los óvulos (donante) es diferente de la que gesta los embriones (gestante). Y es una decisión muy frecuente que los dos hombres de la pareja participen en el proceso, es decir, cada uno fecunda la mitad de los óvulos procedentes de la donación de manera que se transfieren al útero de la gestante dos embriones (uno genéticamente de cada hombre). Aunque el aumento de las tasas de éxito y el consiguiente riesgo de embarazos múltiple está haciendo más recomendable la transferencia de un único embrión.
    En cualquier caso, tras el nacimiento, el bebé es inscrito a nombre de sus dos padres ya que la mujer gestante renuncia a cualquier vínculo de filiación en virtud del contrato de subrogación. En España los contratos de subrogación son nulos, pero si se lleva a cabo el proceso en el extranjero es posible conseguir que España reconozca la filiación. Así lo establece una instrucción de la Direccion General de Registros y del Notariado (DGRN)(Ministerio de Justicia) desde octubre de 2010.
  1. Adopción y acogimiento familiar: La adopción es la forma de acceder a la paternidad que centró los debates previos a la aprobación del matrimonio igualitario y, sin embargo, cada vez es más minoritaria. Las administraciones son extremadamente garantistas con los derechos de los padres originales, lo que dificulta la ruptura del vínculo de filiación necesario para que un niño pueda ser adoptado. Parece que se olvida que la adopción es una medida social y legal para la protección del menor. Mientras los centros de acogida españoles se llenan de niños sin familia, se eternizan las listas de espera de familias idóneas para adoptar. 
    Desde 2005, las familias homoparentales pueden ser consideradas idóneas para la adopción. Sin embargo, la idoneidad para la administración española no es suficiente, también es necesario ser idóneo para el país de procedencia del niño. Y en la mayoría de los países las familias homoparentales están vetadas. La consecuencia es que la adopción es un camino muy difícil pero no imposible.
    El acogimiento familiar es una alternativa a la adopción en la que no se establece un vínculo de filiación con la familia receptora. Al mantener los padres originales la filiación, el proceso puede ser más rápido y sencillo. La desventaja es que no se accede a la paternidad sino a una custodia que no es indefinida, y en cualquier momento puede ser retirada. Las familias que se ofrecen en acogida tienen que tener voluntad de ser padres para ser idóneas, pero por otro lado tienen que estar dispuestas a separarse de los niños que acogieron como hijos. Esta paradoja se resuelve en muchos casos que terminan derivando en procesos de adopción.
Y para ilustrar modelos de familia, no hay nada mejor que verlos:

Este es el trailer del documental Right 2 Love, producido por FLG Asociación de Familias LGTB y dirigido por Adaia Teruel, que se presentó en el último encuentro europeo de famiias LGTB.

lunes, 13 de agosto de 2012

Este orgullo celebramos que la gestación subrogada salió del armario



Mi marido y yo queríamos ser padres, algo que puede parecer una locura teniendo en cuenta que ninguno de los dos tenemos útero. Pero cuando el deseo es tan grande se buscan soluciones.
Resultó que no éramos la única pareja del mundo con dificultades; miles de mujeres padecen síndromes como el de Asherman o el de Rokitansky que les impiden gestar a sus hijos. Pronto descubrimos que había una solución, una técnica de reproducción asistida llamada gestación subrogada y vulgarmente conocida como "vientre de alquiler"...
..."Vientre de alquiler", aquello nos sonaba a telefilm de domingo por la tarde, de esos que siempre acaban en tragedia. Los medios llevaban años dando una imagen sórdida del tema. La única información disponible llegaba distorsionada en formato de cámara oculta, donde a todos los que salen se les asume culpables de algo horrible.
Es difícil lanzarse a la aventura de la paternidad por subrogación sin contar con el testimonio tranquilizador de alguien que haya pasado por ello. Y en aquella época no había referentes. Los famosos no contaban su historia con tanta alegría como lo hacen ahora. Miles de niños nacían cada año gestados por mujeres que no eran sus madres, pero nadie hablaba de ello.
Tuvimos la suerte de encontrar a una pareja que nos mostró el camino. De manera desinteresada nos contaron todos los detalles del proceso, desde las cuestiones médicas hasta el marco legal, pasando por la relación maravillosa que suele surgir con la mujer gestante o por cómo organizar los viajes. Nos infundieron la ilusión de saber que un hijo es posible y nos enseñaron que la gestación subrogada es un procedimiento legítimo para a ser padres.
Nuestra hija nació a principios de 2010 en San Diego (California), estaba sana y era preciosa. Nuestra gestante se encontraba perfectamente y todos los miedos acumulandos se disiparon de golpe. No nos cabía tanta felicidad, paseábamos por Pacific Beach con nuestro bebé y lo presentábamos por Skype al resto de la familia.
Recibimos muchas felicitaciones de todos los amigos que habíamos hecho por el camino. Dos años antes habíamos creado una pequeña lista de distribución con las cuatro parejas que habíamos conocido a través de las asociaciones de familias homoparentales. La utilizabamos para compartir información sobre clínicas, agencias, compañías de seguros, abogados y para felicitarnos cuando los test de embarazo daban positivo o cuando nacían nuestros hijos. Esta red social fue creciendo, y ya reunía a decenas de familias que funcionaban dándose apoyo mutuo para afrontar el largo y complejo proceso de subrogación.
Lo que empezó como un pequeño grupo de amigos pronto tomó conciencia de colectivo que podía articularse para luchar por sus derechos. Estábamos teniendo hijos cuya filiación se establece con dos hombres, como reconocen diferentes Estados americanos. Aunque este resultado no es contrario al orden público español, el hecho de tener dos padres hacía sospechar que nuestros hijos habían nacido por un procedimiento nulo según la ley de reproducción asistida.
Una de las familias del grupo tuvo la gran idea: debería ser posible hacer valer esta filiación ante el Registro Civil español. Todos comenzamos a solicitar las inscripciones de nacimiento en los registros consulares con la verdad por delante. Estos Son Nuestros Hijos; sus dos papás no podemos fingir un parto, pero estamos orgullosos de haberlos traído al mundo. Somos españoles y nuestros hijos tienen que ser inscritos como ciudadanos españoles.
Las denegaciones de inscripción no tardaron en llegar, dejando a nuestros hijos en un limbo legal, sin la ciudadanía de sus padres. Al volver a España pasaban a ser unos sin papeles en su propio país. Los recursos administrativos ante el Ministerio de Justicia no se resolvían y solo nos quedaba una salida, la presión política.
Y cuando uno quiere una solución política, primero tiene que crear una corriente de opinión. Fue así como decidimos sacar la gestación subrogada del armario. Necesitábamos visibilizar nuestros casos y mostrar al mundo que éramos familias normales con las que se estaba cometiendo una injusticia. Nuestra red sirvió para articular una campaña de comunicación, elaboramos mensajes fáciles de entender, acudimos a los platós de televisión, a la prensa, iniciamos peticiones en actuable y creamos un blog.
La acogida en los medios fue muy buena, trataron el tema con respeto y cariño. Por primera vez, había familias que hablaban abiertamente de su paternidad por gestación subrogada. Curiosamente todas homoparentales; para la subrogación, son las parejas heterosexuales las que siguen en el armario.
La solución se hizo esperar, nuestra hija había cumplido un año cuando el pasado verano conseguimos su inscripción en el registro. Desde entonces se ha ido regularizando el acceso al Registro Civil de los niños nacidos por gestación subrogada. Y este es el primer Orgullo en el que nuestros hijos lucirán su ciudadanía española.
Gracias al esfuerzo y al trabajo de un grupo que cuenta ya con más de 100 familias, hemos conseguido dar un gran paso en los derechos reproductivos de las personas LGTB. Nuestra realidad ya no se esconde ni es objeto de programas amarillos. Todavía nos queda mucho por conseguir, pero este Orgullo 2012 estamos de celebración.

viernes, 22 de junio de 2012

La RAE actualiza el significado de la palabra Matrimonio

Lo hemos conseguido. Hoy se ha hecho público que la RAE va a actualizar la definición de matrimonio en su Diccionario de la Lengua Española. Es una muy buena noticia,  el matrimonio es la base jurídica que sustenta la filiación de nuestros hijos y hoy en día está amenazado por un recurso ante el Tribunal Constitucional que se excusa en cuestiones semánticas.

Seguro que a muchos se nos ocurren mejores maneras de hacer una definición de matrimonio. Lo ideal sería que todos los matrimonios estuvieran incluidos en la misma acepción, de la misma manera que la ley española sólo cambió "marido y mujer" por "cónyuges". Sin embargo, la RAE ha optado por incluir una acepción adicional en vez de ampliar el referente de la que ya hay. Y es probablemente una ampliación del referente lo que mejor define el cambio que ha sufrido la palabra matrimonio en el español.

Por otro lado, la nueva acepción incluye la restricción "en determinadas legislaciones". Lo cual hace que el matrimonio entre personas del mismo sexo parezca más una mera cuestión jurídica que un profundo cambio social.

Sin duda, lo que mejor ha hecho la RAE es igualar los textos de las dos acepciones que curiosamente son diferentes al de la anterior edición del diccionario. La nueva redacción incluye una coletilla que restringe la finalidad de la unión matrimonial: "para establecer y mantener una comunidad de vida e intereses". No hay ninguna referencia al amor romántico que la mayoría de los hablantes entendemos que es la base más común del matrimonio.

La lengua esta viva y la RAE continuará actualizando su diccionario. Pero es de justicia dar la bienvenida a este importante cambio que está aquí para quedarse, como nuestros hijos.

miércoles, 20 de junio de 2012

Pídele a la RAE que actualice el significado de la palabra Matrimonio


El 3 de Julio de 2005 entró en vigor la ley que amplía el matrimonio a las personas del mismo sexo. Somos muchos miles de parejas las que hemos podido casarnos gracias a esta ley.
Casi siete años después, en la sociedad española se utiliza la palabra matrimonio para referirse indistintamente a la unión de dos mujeres, dos hombres o un hombre y una mujer. La mayoría de los hablantes entendemos la palabra matrimonio como la institución por la que la sociedad reconoce la unión de dos personas basada en el amor romántico, independientemente de su sexo.
El español lo definimos nosotros los hablantes. Sin embargo, el diccionario de la Real Academia Española sigue definiendo el matrimonio como "Unión de hombre y mujer concertada mediante determinados ritos o formalidades legales."
Creo que siete años de uso son tiempo más que suficiente como para actualizar esta definición. Vamos a conseguir que la RAE cambie de una vez la definición de su diccionario para que incluya a todos los matrimonios, incluidos los nuestros.

jueves, 23 de febrero de 2012

Yago School pisotea los derechos del niño

Según el reglamento interno del colegio Yago School, los alumnos tienen derecho "a la igualdad de oportunidades y a la no discriminación por razones de raza, religión, sexo, características físicas, extracción social o cualesquiera otras". 

Pero para el hijo de Ricardo e Iván esta norma no se aplica. Tiene solo tres años, y su admisión en el colegio depende de cómo se presenten  sus padres. Si Ricardo pide la admisión de su hijo presentándose como como familia homoparental, le contestan que no hay plazas. Pero si Iván solicita visitar el colegio sin mencionar su orientación sexual,  repentinamente vuelve a haber plazas disponibles.

El matrimonio preguntó a varios vecinos heterosexuales que estaban interesándose por llevar a sus hijos al mismo colegio. Y les respondieron que había plazas para todos los niños, incluso para los que habían solicitado información después que Ricardo. Intentando encontrar explicación a este fenómeno, Iván decidió revelar al colegio que era el marido de Ricardo, a quien previamente le habían denegado la plaza para el mismo niño... la responsable de admisiones palideció, intentó excusarse en error administrativo y prometió que todo se iba a solucionar. Pero la solución no llegó, y una semana después Yago School les comunicaba que no había plaza para el niño.

A este colegio se le llena la boca diciendo que uno de sus objetivos educativos es "promover los valores que fomentan el respeto a los Derechos Humanos y el diálogo". Sin embargo, se pasan los derechos del niño por el forro y discriminan a una criatura de tres años por la orientación sexual de sus padres.

Esta institución educativa anima "a los alumnos a cooperar con los otros, ser sensibles a las necesidades de los demás y respetar otras culturas, religiones y modos de vida"... pero siempre que los otros estén fuera del colegio, siempre que los demás estén en algún sitio donde no se les vea, donde no molesten.

Queda claro que estas frases extraídas de su web no son más que humo. Poco se puede esperar de la calidad de enseñanza de un colegio que no es capaz de aplicarse sus propios valores. 


jueves, 8 de diciembre de 2011

De la fiebre y otras cosas



Esta noche mi hijo ha tenido fiebre.

A la 1 de la madrugada despertó llorando. Su cuerpo ardía. Lo envolví en mis brazos y se me aferró al cuello, enterrando su cara en mi pecho. Mi marido preparaba compresas mojadas y la jeringa con el paracetamol. ¡Le gusta tampoco al niño tomar medicinas que hay que engañarlo!

A ratos se adormecía y parecía relajarse pero volvía a gemir, a agitarse de nuevo, y sus ojos nos miraban pidiendo ayuda. Al final, pasadas las cinco de la mañana, acabo bajando la fiebre y se quedó dormido en su cuna.

A las 6 ha sonado el despertador y tras ducharme he salido hacia el trabajo.

Ahora, de nuevo en casa, con el niño durmiendo la siesta (parece que está mejor, gracias por la preocupación) el cansancio se nota más y para dedicar la mente a otras ideas me siento a leer la prensa. Nada ha cambiado respecto a otros días. Las noticias económicas lo inundan todo. La promesa de mejoría no acaba de ser real y, en medio de todo eso, descubro que hay gente que sigue empeñada en destruir mi familia.


Desean anular mi matrimonio. Desean decir al mundo que no tengo derecho a tener un hijo. A tenerlo y a que viva con sus padres: dos hombres.

Y, como hace casi siete años, esgrimen razones de peso. La primera y fundamental es que el matrimonio siempre ha sido igual a lo largo de los siglos. Es la unión entre un hombre y una mujer y siempre ha sido igual. Siempre ha sido así.

¿Siempre?

Leo en el Diccionario de autoridades de 1732 que matrimonio es un “contrato de derecho natural, que se celebra entre hombre y mugér, por mutuo consentimiento externo, dando el uno al otro potestad sobre el cuerpo, en perpétua y conforme unión de voluntades, el qual elevado a Sacramento y celebrado entre bautizados, se hace del todo indisoluble, en llegando a consumarle

Así era considerado el matrimonio hace algo menos de 300 años. De esta definición, en la actualidad se pretende hacer valer solo la parte de “unión entre hombre y mugér”. El resto no interesa a los “defensores del matrimonio”, muchos de ellos casados en segundas o terceras nupcias, con familias hechas, rehechas y reconstituidas, y que tendrían problemas para insistir en la definición anterior, pues ya no es perpetuo, indisoluble, sacramental y, que se sepa, no hace falta estar bautizado para casarse.

Imagino que por eso actualmente la RAE lo define como “Unión de hombre y mujer concertada mediante determinados ritos o formalidades legales”.

Algo ha cambiado drásticamente en la definición: ritos y formalidades legales. Eso es lo que da sentido al matrimonio actual. Ritos y formalidades legales, definidas por la sociedad en que se realiza y que es evidente que se pueden cambiar. Que se han cambiado.

La mujer ya no es propiedad del marido ni tiene que estar en casa con la pata quebrada, esperando un permiso escrito para poder trabajar. Ha cambiado lo que era la esencia del matrimonio no hace muchos años, la sumisión de la mujer, un ser inferior al hombre que era superior, masculino y dominante. Del crimen pasional se ha pasado a violencia de género.

Ahora, y alegando la tradición, se pretende que el matrimonio no siga evolucionando y ya no solo se deje de lado la subordinación de un sexo a otro, si no que se llegue a la situación natural (sí, natural) de la igualdad de los sexos para celebrar los “ritos y formalidades legales”.

Las sociedades humanas están en continuo cambio. Los inmovilismos siempre han estado presentes y siempre lo estarán. Pero serán superados. ¿O acaso una orientación sexual determinada es motivo suficiente para que una persona pueda formar una familia cuándo quiera, cómo quiera y con quién quiera mientras que otra persona con otra orientación no puede tener este derecho? ¿Dónde quedaría si no, roto y perdido, aquello de "Todos los seres humanos nacen libres e iguales …"?

Intentarán quitarme mis derechos. Tal vez incluso lo logren, pero jamás destruirán mi familia. Una familia que los inmovilistas son incapaces de defender de verdad por que no está en su esencia la defensa de la familia. Lo que defienden son sus ideas personales y sus aún más personales miedos.

No bajaré la cabeza. No podrán quitarme ni mi honor ni la grandeza de la familia que he creado con esfuerzo. Con mucho mas esfuerzo del que los “defensores” de esa familia, que dicen está creada para la reproducción (¿¿?¿), ponen en formar la suya propia.

Me levanto y voy a la cuna. Mi hijo duerme con una sonrisa en su cara hermosa. Creo que lo peor ha pasado y la fiebre se aleja de nosotros. Eso es lo que de verdad me preocupa.

Duerme, hijo, duerme, tus padres velan por ti.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Historias de nuestras familias

Publicamos las reflexiones veraniegas de una familia de la plataforma SNH


Hace unas semanas, a primeros de septiembre, nos fuimos de vacaciones a la costa. Buscamos un hotel cercano a la playa para estar cómodos con nuestro hijo. Ya ha cumplido un año y corretea por todos lados con ganas de comerse el mundo. La casualidad hizo que, sin proponérnoslo, acabáramos en uno de esos hoteles lleno de niños. Niños de todas las edades, de todos los tamaños, de todas las ganas de jugar. Los niños captan la atención y lo mismo que a nuestro hijo la gente le decía cosas, nosotros mirábamos y hablábamos sobre otros niños. Así trabamos una cierta relación con otras familias, comenzando por el intercambio de los clásico “Qué tal come”, “Duerme bien”, etc.

Una mañana casi al final de nuestra estancia, mientras desayunábamos, coincidimos en la misma zona del comedor las familias que más relación teníamos. A nuestra derecha se sentaba Alejandro con sus padres. Alejandro tiene unos increíbles ojos negros y trasmite una sensación de fuerza y viveza tremenda a sus nueve meses de vida. Su piel oscura brillaba en sus rollizos brazos. Pugnaba porque su padre le diese parte del churro que comía. Alejandro había sido adoptado cuando tenia 4 meses, tras largos años de espera, casi de desespera. Pero ahora estaba aquí, gateando sobre la tripa de su padre en busca de comida. Llamaba la atención lo mucho que se parecían padre e hijo, pese a la diferencia de color. Y la cara de embeleso y orgullo de su madre.

A nuestra izquierda se sentaba Lucia, la mas pequeña de todos. Para su padre era su segundo matrimonio y ya tenía un hijo de 11 años. Nada mas casarse decidieron que querían un hijo y 10 meses después nacía su niña. Lucia es pequeña, revoltosa, peleona y requiere continua atención. Sus padres desayunan con ella en brazos, pasándola de uno a otro, hablándole y haciendo que sonría.

Un poco más allá estaba Ana. Su madre nos contó los largos años de estudio por esterilidad, las pruebas, los diversos tratamientos, los viajes en busca de algo nuevo, de otro médico, de otra posibilidad. Y al final cuando ya estaban casi apunto de tirar la toalla se produjo el milagro y nació una niña con los ojos azules mas bonitos que se puedan ver. Su madre repite, con toda convicción, que son unos privilegiados. Todo lo pasado ha quedado eclipsado por la mirada de su hija.

Y nosotros, con nuestro hijo nacido por gestación subrogada, el único tratamiento de reproducción que existe para una infertilidad funcional como la que representa una pareja homosexual masculina.

El día era radiante y yo miraba a nuestras familias, cada una con su propia historia, diferentes, pero a la vez increíblemente iguales bajo el sol de Almería. Y miraba a los niños y fui muy consciente de una cosa: aquellos niños ERAN nuestros hijos.

Y lo eran no por ADN, no por biología, ni siquiera por el hecho de parirlos o no. Lo eran por que sus padres habíamos decidido que estuvieran aquí, que formaran nuestra familia. Lo eran por que había sido nuestra voluntad lo que marcaba la diferencia, lo que los había traído al aquí y al ahora.

Cualquiera de los que allí estábamos, cualquiera, podría haber tomado otra decisión. Siento vértigo cuando pienso qué habría pasado si, el día que decidimos poner todos los medios posibles para tener un hijo, hubiésemos tomado la decisión contraria. En ese caso nuestro pequeño no habría existido y jamás el mundo habría conocido su sonrisa.

…Y en esa línea de pensamiento: Qué habría pasado si los padres de Ana hubiesen tirado la toalla meses antes, o los de Alejandro no lo hubiesen querido o los de Lucia hubiesen pensado que para qué tener un hijo…

Se que habrá personas que seguirán pensando que solo son hijos de uno, “hijos propios”, cierto tipo de niños, pero aquel día confirme una vez más, con la claridad que da el sol limpio de la mañana, qué es lo que define ser padres: la voluntad, el deseo.

Nuestro hijo lo es porque decidimos que naciera, porque peleamos todo lo que hubo que pelear hasta lograr que naciera. Lo es porque sin esa decisión consciente, sin ese deseo tremendo de tenerlo, sin esa voluntad decidida de ser padres, sin eso, él jamás habría nacido. Exactamente igual que otros niños. Digan lo que puedan decir otras gentes, son nuestros hijos.

El calor iba apretando y poco a poco nos fuimos separando, saliendo del comedor hacía la playa. Familias diferentes, constituidas de formas diversas, rehechas, peleadas, pero en realidad solo eso: familias.

sábado, 15 de octubre de 2011

Cartas de las familias afectadas

Publicamos la carta abierta a Mariano Rajoy de una familia de SNH












Estimado Sr. Rajoy,

Le escribo en vísperas de las próximas elecciones generales para hacerle llegar mis inquietudes como ciudadano español. Estoy casado, tengo dos hijas y soy emprendedor, trabajo en la empresa que creé con mi socio hace unos años. A pesar de la profunda crisis económica que estamos viviendo, mantenemos casi 100 puestos de trabajo altamente cualificados y exportamos servicios científicos a Estados Unidos y resto de Europa.

Sin embargo, no son ni mi empresa ni la economía la mayor de mis preocupaciones, sino mi familia. Su partido tiene un recurso interpuesto ante el Tribunal Constitucional contra la institución que da soporte legal a mi familia. Entenderá que mi marido y yo veamos el futuro con mucha preocupación ante la posibilidad de que usted gane las próximas elecciones.

Recientemente su homólogo político en el Reino Unido declaraba su apoyo al matrimonio entre personas del mismo sexo. No entendemos cómo usted sigue eludiendo sistemáticamente todas las preguntas que se le hacen sobre este tema. No entendemos cómo nuestra familia puede causar división social y mucho menos amenazar la existencia de otras familias, tal y como argumenta su partido.

La familia es uno de los pilares de la sociedad, y la regulación jurídica de nuestras familias es fundamental para nosotros. Como votantes, le exigimos que nos aclare cual es su postura, como ciudadanos queremos saber si va a gobernar para nosotros. Y como personas, nos gustaría que se pusiera en nuestro lugar: Intente decirle a su hija que el matrimonio de sus padres está amenazado, intente explicarle que hay gente que piensa que ustedes no deberían ser sus padres. ¿Suena ridículo verdad?

Viajo mucho al extranjero por trabajo y saco con orgullo mi pasaporte español cada vez que cruzo una frontera. Soy ciudadano de un país que es líder mundial en los derechos de personas LGTB. Espero que no consiga usted que mi orgullo se convierta en vergüenza.

Antonio

jueves, 29 de septiembre de 2011

Historia de la plataforma SNH (II)


La paternidad por gestación subrogada
(Página Abierta, 215, julio-agosto de 2011).











Intervención de Antonio Vila-Coro, miembro de “Son nuestros hijos. Plataforma de apoyo a Familias Homoparentales que acceden a la paternidad mediante Gestación Subrogada”, en la sesión “Derechos reproductivos en diferentes modelos de familias” vinculada a los actos por el pasado 28-J. Junto a él intervino Carmen G. Hernández, de la Plataforma por la Defensa de los Derechos Reproductivos de las Lesbianas en la Sanidad Pública (1).

Hemos accedido a la paternidad a través de gestación subrogada y hemos constituido esta Plataforma para reivindicar nuestros derechos, por lo que creemos que es una injusticia muy grande: que a nuestros hijos se les haya denegado la ciudadanía española. No estamos hablando de una prestación o de un derecho a acceder a un servicio público, sino de la propia ciudadanía española. Cuando hemos acudido a los consulados españoles en el extranjero, los cónsules, que son los encargados de los registros consulares, nos han denegado los registros.

En primer lugar hay que explicar qué es la gestación subrogada, que no es más que una técnica de reproducción asistida. Algo muy desconocido en España. Hasta hora, a pesar de que ha sido una técnica utilizada por cientos, si no miles, de parejas heterosexuales, nadie la ha visibilizado. Estamos siendo nosotros los primeros en visibilizar esta realidad. Porque nosotros no podemos ocultar que hemos acudido a la técnica de reproducción asistida.

Es lo que vulgarmente se conoce como vientre de alquiler. Y digo vulgarmente porque siempre ponemos el mismo ejemplo. En los años ochenta, cuando empezó la fecundación in vitro, la gente se refería a los niños nacidos por esta técnica de fecundaciónin vitro como bebés probeta. Hoy en día nadie habla de bebés probeta. Hoy en día nadie dice “he tenido un bebé probeta”. Y lo mismo me gustaría que pasara en el futuro, que cuando la gente se refiera a nuestra manera de acceder a la paternidad, o a la maternidad, no diga que hemos alquilado un vientre, sino que hemos sido padres por gestación subrogada.

La gestación subrogada consiste en que una mujer accede a gestar al hijo de una pareja o de una familia, un hombre soltero, una mujer soltera, y digamos que por los trastornos sufridos durante ese proceso de gestación recibe una compensación económica, como pasa en muchos procesos médicos o como pasa en diferentes situaciones.

En el caso más típico, en las parejas homoparentales, las formadas por dos hombres, interviene una mujer donante, que es la que produce los ovocitos, y la técnica de fecundación in vitro. Se extraen los ovocitos del ovario de la mujer donante y esos ovocitos son fecundados con esperma de los hombres de la pareja homosexual. Se producen, entonces, embriones y esos embriones son transferidos al útero de una mujer que accede a gestarlos.

La práctica habitual, además, es que en parejas de dos hombres la mitad de los ovocitos se fecundan con el esperma de uno de los miembros de la pareja y la otra mitad con el esperma del otro miembro de la pareja. De tal manera que se transfieren dos embriones, uno de cada miembro de la pareja, con lo cual los dos hombres de la pareja participan en la técnica de reproducción asistida.

Y además decimos que lo que se subroga es la gestación. Frente a la expresión de “maternidad” subrogada, nosotros preferimos hablar de “gestación”, no de maternidad, porque la maternidad es un concepto a lo mejor más amplio que la gestación. De hecho, está técnica desafía lo que es el concepto tradicional de la palabra “madre”. Si uno puede dividir los diferentes papeles que una madre cumple en diferentes mujeres, puede decir que una madre en parte es una donante que aporta los ovocitos; o puede ser una mujer gestante, que es la que recibe los embriones y los gesta; o la figura tradicional de la nodriza o el ama de cría, que era aquella mujer que amamantaba al hijo de otra pareja, de otra familia; o incluso la cuidadora, que cuida a los niños mientras los padres trabajan; o la tutora, que es la madre legal del niño.

Digamos que desafiamos el concepto tradicional de madre porque mostramos claramente cómo el papel de madre se puede dividir entre diferentes mujeres. Y en nuestro caso, en definitiva, decimos que nuestros hijos no tienen madre. Lo que tienen es una donante, lo que tienen es una gestante, y lo que tienen es una persona que les cuida y dos padres. De la misma manera que las parejas de lesbianas, en muchas ocasiones, dicen que lo que sus hijos tienen son dos mamás. Y luego, aparte, tienen un donante de esperma que, según la Ley de Reproducción Asistida española, tiene que ser anónimo. 

Es necesario ahora detenerse en cuál es el marco legal de la gestación subrogada. En concreto en España y en California, que es uno de los sitios donde esta práctica de reproducción asistida es más común.

En España se aplica la Ley de Técnicas de Reproducción Asistida (LTRA). Esta ley basa toda su actuación en el latinazo “mater semper certa est”. Es decir, la madre es la que pare. Dicho de un modo más preciso, lo que establece la legislación española es que la filiación la determina el parto y una madre no puede renunciar a su filiación a favor de otra persona. Y esta imposibilidad de renunciar se establece por un artículo de la LTRA que lo que viene a decir es que los contratos de subrogación serán nulos. Es decir, no es algo ilegal en el sentido de que no solo pueda ser sancionado, simplemente es nulo. Tú lo puedes hacer, tú puedes llegar a un acuerdo con una mujer gestante, pero nunca vas a poder hacer valer ese acuerdo para que se respete la filiación que se acordara.

Sin embargo, en California el marco legal es el determinado por la jurisprudencia. Diferentes jueces han ido sentenciando diferentes casos en los que han venido a establecer la filosofía de que padre o madre es quien desea ser padre o madre. Si yo tengo un proyecto de paternidad o de maternidad, lo puedo llevar a cabo: dejo constancia de ese proyecto en un contrato privado y luego ese contrato privado lo puedo utilizar para que se respete la filiación que en ese contrato se establece. Con lo cual se abre la puerta a la gestación subrogada y es una práctica que lleva un montón de años en vigor en California.

Además es el marco legal más sólido de Estados Unidos, y por eso nosotros nos decidimos por llevar a cabo el proyecto allí, donde, fundamentalmente, la subrogación está abierta a familias homoparentales. Esto es algo que no ocurre en todos los países. Habéis oído también hablar de que en India se puede recurrir a la gestación subrogada, en Rusia, en Ucrania, ahora creo que en Kajastán. Pero en todos estos países no se respetan los derechos de las parejas homosexuales. Por lo tanto, si uno tiene un hijo por gestación subrogada allí no va a conseguir que el país le reconozca la filiación a nombre de los dos varones que forman parte de la pareja.

Dicho esto, paso ahora a relatar cómo nos constituimos como grupo y cuál ha sido la evolución en la lucha por que nuestros hijos sean reconocidos como hijos nuestros. Todos nos conocimos gracias a Galehi, una asociación de familias homoparentales. Claramente, cuando Galehi se creó nadie pensó en la gestación subrogada, pero digamos que ha hecho de catalizador, ha hecho de punto de unión, de sitio donde nos hemos encontrado familias con diferentes experiencias, y ha sido, digamos, un vector de transmisión de toda la información que unos y otros iban trayendo.

Inicialmente nos conocimos cuatro familias me parece que eran, que en aquellos momentos estábamos acudiendo a gestación subrogada. Solamente una de ellas había tenido hijos ya. Y en cuanto nos conocimos, lo que hicimos fue constituirnos como grupo y montar una lista de distribución en Internet. Y ya en noviembre de 2008 pensamos que algún día podíamos ser muchos más y que lo que estábamos haciendo podría funcionar en el futuro como un grupo de apoyo mutuo y como un grupo de presión ante las injusticias de la Administración. Pero ya veíamos que la cosa no iba a ser fácil.

Dentro de este grupo había una familia a la que se le había ocurrido una estrategia para conseguir que se inscribiera en el Registro Civil a los hijos que habían tenido a nombre de ellos dos. Su estrategia consistía, no en hacer valer un contrato de subrogación, que es lo que prohíbe la Ley de Reproducción Asistida, sino un certificado de nacimiento.

En California, el sistema funciona de tal manera que la Corte Suprema dicta una sentencia de paternidad que establece la filiación. Esa sentencia se basa en el contrato de subrogación. Es una especie de elevación a público del contrato de subrogación. De tal manera que el bebé que va a nacer ya tiene una filiación establecida incluso antes de nacer, y los padres de intención o los padres que han promovido todo el proceso, cuando se presentan en el hospital junto con la gestante, llevan ya la sentencia. Y el hospital, en cuanto nace el niño, lo que hace es inscribir al niño a nombre de los dos padres. Es decir, es un hijo natural nuestro, no es un hijo que haya pasado por un proceso de adopción, porque la sentencia de paternidad es previa al nacimiento.

Esta familia pensó en ir al consulado y hacer lo mismo que todas las parejas heterosexuales: solicitar que se transcriba el documento registral americano al Registro Civil español. Esto les constaba a ellos que venía ocurriendo durante un montón de tiempo, y conocían muchos casos personales que habían tenido hijos mediante este procedimiento y con la partida de nacimiento californiana los habían registrado a través del consulado, sin preguntas ni pegas de ninguna clase, y así quedaban inscritos en el Registro Civil español. Con la ley ya aprobada de matrimonio homosexual y la posibilidad de la filiación [por adopción] a nombre de los varones, pensaban que no habría ningún motivo para que se les denegara el registro.

Sin embargo, el consulado de Los Ángeles, demarcación donde habían nacido sus hijos, les deniega la inscripción. Ante ello deciden, por un lado, recurrir la denegación ante la Dirección General de los Registros y del Notariado (DGRN). Y por otro, darle visibilidad a este hecho en los medios de comunicación. Y, por ejemplo, El País, se hace eco de eso con un artículo titulado “Papás en Estados Unidos y huérfanos en España”.

En un primer momento, el recurso parece no prosperar, pero la campaña de comunicación, tanto en el exterior como en España, acaba surtiendo efecto, aun sin contar, en un primer momento, con apoyos entre grupos de gais y lesbianas.

[Tal y como contaba Toni, se trataba de un solo caso, era único; causaba especial sorpresa, en concreto, en la propia directora general de Registro, entonces Pilar Blanco; generaba muchas dudas; se consideraba una “locura”, una “ocurrencia de dos gais”]. Nadie, o poca gente, fue capaz de percibir que esto era la punta del iceberg de todo un homo baby boom que va a venir detrás.

Pero, sin embargo, esta familia consiguió lo que se había propuesto. Y el 18 de febrero del año 2009, la DGRN dictó una resolución en la que estimaba su recurso y les concedía el registro de sus dos hijos. Por primera vez en la historia de España, dos hombres tienen dos hijos que son inscritos como hijos naturales, no como hijos adoptados. El primer caso y hasta ahora el único (2).

Pensamos en aquel momento que habíamos conseguido nuestro objetivo, y que a partir de entonces todas las solicitudes de registro iban a ser estimadas, pero cuál fue nuestra sorpresa cuando los siguientes miembros del grupo que intentaban registrar a sus hijos ven que sus solicitudes son denegadas. En aquella época ya no éramos cuatro personas, habíamos crecido, y ahora somos ya 70 familias. Y eso sucedía cuando apreciábamos que el ambiente empezaba a cambiar. Los medios de comunicación seguían tratando nuestro tema de una manera muy amable. Los apoyos de las asociaciones homoparentales y de la FELGTB se hacen notar: la Federación Estatal de Gais y Lesbianas exige al Ministerio de Justicia que regularice inmediatamente la situación de estos niños.

De pronto supimos que el Fiscal General del Estado, a través de la Fiscalía de Valencia, había demandado a la DGRN por el caso de esa familia de Valencia. Lo que argumentaba la fiscalía era que este registro había sido irregular y que tenía que ser anulado. Confiábamos, no obstante, en que la sentencia fuera favorable al registro realizado y que consolidara la decisión de la DGNR. Y mientras todo eso se producía, las denegaciones continuaron. Hasta que, en septiembre del año pasado, se produce la sentencia. Un juez de Valencia condena a la familia a que sus hijos sean borrados del registro. Es decir, esta sentencia, si se ejecuta, llevará a que a los niños les retiren los DNI y los pasaportes, y a los padres a que devuelvan todas las prestaciones que han recibido por maternidad y paternidad de la Seguridad Social, a que devuelvan todo el dinero que se han desgravado a Hacienda y a que los niños queden otra vez en el limbo legal, como estaban el resto de los niños que componen la plataforma.

Ante esto, nos damos cuenta de que se cierra la vía judicial, en la que nosotros teníamos puestas las esperanzas, y que tenemos que, urgentemente, iniciar una vía política. Es decir, o presionamos a la DGRN de nuevo a que nos abra una vía para el registro, o a través de la judicialización de todo este asunto no vamos a conseguir nada.

[En este momento del relato se detiene en la experiencia de nuevo de la búsqueda de apoyos por diversos medios, como el de recogida de firmas de un manifiesto, y en una labor intensiva de visibilización de su situación en los medios de comunicación y en la Red, con la creación de páginas propias y perfiles en Facebook y Twitter, y su presencia en webs como Actuable. Eso obligaba a poner cara y nombres y romper de algún modo la privacidad. Y tuvieron, sin duda, éxito en su esfuerzo].

Teníamos que elaborar, además, un mensaje que fuera claro y que llegara al público, porque la situación que tenemos es realmente compleja. Es decir, es muy difícil contar esto de que si la DGRN, el juez, el Fiscal General del Estado, la demanda, la filiación, los distintos marcos legales. Y empezamos a elaborar mensajes que fueran más sencillos, más metafóricos y que llegarán más a la gente, tipo “Nuestros hijos están en el limbo legal”, “Se encuentran sin papeles en su propio país”…

También tratamos de dar a conocer, en general, quiénes son nuestras gestantes, que no son mujeres que viven en la indigencia y de cuya situación nosotros estamos abusando. [Y, así, ponía el ejemplo de una pareja que en la televisión contaba que su gestante era controladora aérea y que tenía la vida resuelta. Más adelante, en el coloquio, explicaría cómo la elección en California de una mujer dispuesta a la gestación subrogada es muy estricta; quienes se ofrecen han de tener un perfil síquico y social equilibrado y acomodado, no pueden ser personas en malas situaciones económicas].

Nos enfrentábamos a muchísimas preguntas del tipo “Cuánto os ha costado vuestro hijo”. Un hijo no tiene precio; por un hijo uno está dispuesto a pagar en tratamientos de fertilidad lo que sea para conseguirlo.

Y también intentamos marcar la diferencia con las parejas heterosexuales. Nos consta que hay un montón de parejas heterosexuales que están registrando a sus hijos, y sin embargo a nosotros nos deniegan la inscripción. Y, además, para que se cumpla nuestra reivindicación no hace falta cambiar ninguna ley, como demostraba la resolución de la DGRN de Pilar Blanco.

Entonces nos llega la noticia de que la Dirección General de Registros y Notariado ha dictado una instrucción por la que trata de regular el acceso al Registro Civil de nuestros hijos nacidos por gestación subrogada. En cuanto la leemos nos damos cuenta de que tiene sus defectos pero que por lo menos la DGNR tiene voluntad de dar una solución. Cuando uno lee el comunicado de prensa que el Ministerio de Justicia hizo en esos días, se da cuenta de que se intentan colgar una medalla de garantistas: es decir, “vamos a defender los derechos de la mujer y los derechos del niño, evitar el tráfico de menores”, etc.

Para nosotros, sin embargo, la solución señalada no daba garantías jurídicas. Se nos solicitaba la sentencia de parentalidad o de paternidad. Y en esa sentencia figura el nombre de la gestante. Por lo tanto, si esa sentencia cae en manos de algún juez que interpreta la Ley de Reproducción Asistida de manera estricta, puede llegar a inscribir a esos niños a nombre de la gestante, a la que a lo mejor no han visto en años y que está en California. Además va contra leyes de rango superior.

Aun así, nos producía cierta satisfacción porque, por fin, el Ministerio de Justicia nos daba la razón moral. Reconocía que nuestros hijos están en un limbo jurídico y que esta situación no se puede sostener por mucho tiempo y hay que solucionarla. Nos manteníamos, pues, esperanzados, pero escépticos. Y decimos que es importante que nos dieran la razón moral porque incluso dentro del activismo LGTB hemos encontrado rechazo. [Ese rechazo lo ilustraba hablando, por ejemplo, de un artículo de Beatriz Gimeno publicado en El País y de un correo electrónico a él dirigido, estando en la lista de distribución de COGHAM].

A algunos nos llamaba poderosamente la atención que estos ataques vinieran en nombre del feminismo. En aquella época, la verdad es que yo tengo que reconocer que mis conocimientos sobre feminismo no eran muy amplios; pero uno recuerda siempre las grandes reivindicaciones feministas en nuestro país y en todos los países: las mujeres son dueñas de su cuerpo; el cuerpo de una mujer no puede ser tutelado por nadie; nosotras parimos, nosotras decidimos; y si decidimos, decidimos si queremos quedarnos embarazadas o no, si queremos llevar a término la gestación o la queremos interrumpir o si queremos gestar nuestros hijos o si queremos gestar los hijos de los demás, por qué no. Me llamaba mucho la atención porque antes era la religión católica la que intentaba controlar lo que la mujer hace con su cuerpo y ahora resulta que es el feminismo el que intenta controlar lo que la mujer hace con su cuerpo. Intenta controlar porque a lo mejor la mujer es un ser que no es capaz de defenderse de posibles abusos y necesita que el Estado la defienda. Parecía ser esa la línea argumental de los ataques.

Además de eso, también había un cierto componente, en los ataques que recibimos, antidinero o anticapitalista, no sé cómo llamarlo. Es como si se pensara que si el proceso no está remunerado podría ser éticamente válido, pero estando remunerado, no. En los ensayos clínicos de fase uno, los que hacen las grandes multinacionales farmacéuticas para sacar adelante sus productos farmacéuticos (para curar el sida, la tuberculosis, etc.), los voluntarios cobran por prestar sus cuerpos a participar en ellos. Lo mismo hacen las donantes de óvulos. Una donante de óvulos en España cobra una compensación por el trastorno que le supone el pasar por el procedimiento. Lo mismo hacen incluso los donantes de esperma (aunque no parezca que sufran tanto trastorno). ¿Por qué nos tenemos que escandalizar, entonces, si una mujer, por el hecho de gestar una criatura, pueda recibir una compensación por ello?

A pesar de la instrucción, las denegaciones en los consulados continuaron. Y empezamos incluso a sospechar que la DGRN había dictado una instrucción trampa. Se había dictado una instrucción pero nadie parecía saber cómo aplicarla. Llamábamos a la DGRN y decían que no sabían, llamábamos a los consulados y decían que no sabían.

Se trataba entonces de buscar un apoyo político que nos ayudara a tener un contacto directo con la directora general de Registros y Notariado. Lo conseguimos poco antes de estas pasadas Navidades. En esta reunión le expresamos nuestra inquietud y nuestra desconfianza por el hecho de que nos pidieran la sentencia, en virtud de la norma dictada; algo que nos deja en una situación de tremenda inseguridad jurídica, porque en ella aparecen los nombres de las gestantes. Y ella se comprometió verbalmente a que se procedería a la inscripción de los niños respetando la filiación establecida en el país de origen.

Es decir, lo que no queremos es que me inscriban ahora a mi hija a nombre de uno de los dos, el mío o el de mi marido, y de la gestante, porque, además, esa inscripción iría en contra del Convenio Internacional de los Derechos del Niño, que establece que los niños deben tener una única identidad, independientemente del país en donde esté. Es decir, si está en Estados Unidos, los padres somos mi marido y yo, y si está en España los padres serían la gestante y uno de nosotros dos.

[Mientras vuelve otra vez la espera para que se cumpla ese compromiso, Toni cuenta nuevas experiencias de explicitación en los medios públicos, incluso en portadas de grandes periódicos y revistas, y en la Red de sus reivindicaciones, con los consiguientes debates]. 

La visibilización empieza también a tener sus efectos. No solo los famosos recurren a los vientres de alquiler –siguen llamándoles vientres de alquiler, no conseguimos que se refieran a nosotros como procesos de gestación subrogada–, pero por lo menos empiezan a decir que este es un procedimiento de fertilidad más y que hay muchas parejas que estamos pasando por ello. [Pone el ejemplo de una pareja miembros de su Plataforma que tienen dos hijas –unas de las primeras niñas de familias homoparentales que nacieron por gestación subrogada en España– ya con 7 años, y han conseguido la paternidad después de muchos años de lucha, a través del abandono de la madre, de la pérdida de patria potestad, etc.] Algo que nosotros queremos evitar. Nuestros hijos deben ser nuestros desde el primer momento.

Además, estamos muy empeñados ahora, y muy concienzados como plataforma, en fomentar la visibilidad, porque creemos que es la mejor protección contra futuras maniobras involutivas. ¿Qué pasó con la familia de Valencia? Era un único caso, y como era un único caso el Fiscal General del Estado se atrevió a demandar a la DGRN y el juez se atrevió a una sentencia en contra de esa pareja. Pero si en vez del único caso conseguimos muchos registros y nos constituimos como colectivo, va a ser mucho más difícil que nos retiren derechos. Por eso tenemos ahora mucha prisa en que antes de que acabe la legislatura consigamos el registro de nuestros hijos. Porque si no lo conseguimos antes de que acabe la legislatura no sabemos qué es lo que puede pasar.

Tenemos, en cierto modo, buenas noticias, porque algunos de nosotros hemos empezado a recibir ya resoluciones favorables de la DGRN estimando los recursos que hemos interpuesto. El problema está en que todavía no tenemos una masa crítica de resoluciones y hay ya muchas parejas del foro que están pendientes de que su resolución se produzca. Y esos, en definitiva, son los pasos que nos quedan por dar: conseguir el registro efectivo de los casos recurridos; tenemos las resoluciones pero todavía no tenemos la inscripción en el registro. Aparte de eso, pretendemos que se equiparen las prestaciones a la Seguridad Social.

Por otro lado, somos conscientes también de que en la plataforma hay muchas parejas mixtas que lo que van a hacer es internacionalizar los casos. Hay parejas formadas por un español y un francés o un alemán. Si a través de España empiezan a producirse casos de registro, la situación de países mucho más atrasados en derechos sociales, como Francia, Alemania o Italia, mejorará muchísimo porque se verán obligados a reconocer esa ciudadanía europea de los niños españoles. Que, en definitiva, estamos siendo pioneros en el reconocimiento de la filiación a nombre de los hombres por gestación subrogada.

Y entre tanto, por supuesto, disfrutar de nuestros hijos. 

_________________________
(1) Sobre los problemas abordados por esta veterana feminista hablaremos en el siguiente número de la revista. Solo razones de espacio nos obliga a ello. 


(2) En este punto, Antonio Vila-Coro se detiene en ilustrar que este empeño tenía detrás un fundamento jurídico importante, basado en el derecho internacional privado. Como ejemplo, mostraba la publicación de un artículo de Alfonso Luis Calvo Caravaca y Javier Carrascosa, catedráticos de Derecho Internacional Privado, en el que alababa la resolución de 18 de febrero de 2009 de Pilar Blanco.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

¡ Lo hemos conseguido !


El pasado 3 de Mayo la DGRN dictaba la primera resolución ordenando la inscripción en el registro civil de un bebé nacido por gestación subrogada... el 13 de julio consulado de España en Los Ángeles realizaba la primera inscripción en el registro respetando la filiación que establece el estado de California. La instrucción de 5 de Octubre de 2010 de la DGRN ha empezado a funcionar.

Desde entonces se ha producido el registro de decenas de niños nacidos por gestación subrogada en el seno de familias homoparentales. Hemos conseguido abrir un camino legal pionero en Europa que reconoce derechos reproductivos a los matrimonios formados por dos hombres. Nuestros hijos son Españoles, por fin son ciudadanos orgullosos de un país que es referencia mundial en los derechos civiles de personas LGTB.

Somos ya más de 80 familias las que componemos la plataforma SNH. Y queremos agradeceros a todos los que nos habéis apoyado a través de las redes sociales y a los miles que habéis enviado peticiones desde actuable.com al Ministerio de Justicia. Vuestro apoyo ha sido fundamental para llegar hasta aquí, sin vosotros no hubiese sido posible. Queremos también agradecer:
  • A M. Ángeles Alcalá, la directora de la DGRN por su férrea voluntad de llegar a una solución, y muy especialmente a Pedro Zerolo por su labor de mediación.
  • A los catedráticos de Derecho Internacional Privado Javier Carrascosa y Alfonso Luis Calvo-Caravaca que nos iluminaron con sus argumentos jurídicos.
  • A la familia de Valencia que con su genialidad abrió el camino a todos los que hemos venido detrás y a Pilar Blanco que tuvo el coraje de dictar la primera resolución magistralmente argumentada.

El camino legal abierto puede no tener una gran solidez jurídica, pero sienta un poderoso precedente. El registro de nuestros hijos es la primera ficha que cae en un efecto dominó que culminará con la regulación de la gestación subrogada en España.

Todavía queda mucho por hacer: recursos pendientes de resolver por parte de la DGRN, actitudes obstructivas en los consulados y un secretario de estado de la seguridad social que se sigue negando a reconocernos el derecho a disfrutar bajas de paternidad y maternidad... 

Pero hoy queremos alegrarnos públicamente de nuestros éxitos, y sobre todo daros las gracias a todos los que nos habéis apoyado. En nombre de nuestros hijos, gracias por habernos ayudado a conseguir su DNI.