En relación con la Sentencia 835/2013 del Tribunal Supremo (TS), confirmada el 02 de febrero de 2015 por el mismo TS que desestima la nulidad de actuaciones, y que confirma el CAMBIO DE FILIACIÓN DE UNOS MENORES DE 6 AÑOS, para que sus padres dejen de ser sus padres, tal y como aparecen en el certificado de nacimiento estadounidense, y se filie a la gestante como madre de ambos niños, contra su voluntad, ya que ella ni quiere serlo ni nunca lo fue.
Uno de los padres afectados, militante del PSOE, publica una carta abierta al Secretario General del PSOE, y por su interés procedemos a su publicación.
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Xxxxxxxx, 15 de febrero de 2015
A
la att. del compañero Secretario General
Pedro Sánchez Pérez-Castejón
y
del resto del PSOE
Estimadas compañeras y
compañeros:
Soy socialista, hijo, nieto
y hasta bisnieto de socialistas, y afiliado desde hace muchos años, aunque
siempre me he dedicado a mi actividad profesional. Y me dirijo a todas y todos
porque por primera vez, y a pesar de ser ateo, siento y descubro lo que puede
doler una crisis de fe.
Estoy casado (gracias a una
Ley socialista) desde hace 10 años con mi compañero desde hace casi 20 años, y
somos padres de mellizos nacidos hace más de seis años. Tengo una familia
maravillosa y desde ese punto, el familiar, así como en el profesional, me
considero una persona que ha logrado realizarse en la vida. Pero
desgraciadamente no puedo decir que el partido que siempre consideré de mi
ideología e ideales me haya acompañado en ello. Individualmente, algunos
compañeros nos han apoyado, alguno muchísimo, pero no puedo decirlo del partido
como entidad.
En 2006 una ministra
socialista, llevando la contraria a prácticamente toda la Comisión Técnica
que en teoría la asesoraba y con el solo apoyo de un miembro que era
representante de una Universidad conservadora ultracatólica, por razones casi
increíbles aprobó una Ley de reproducción humana que desde el mismo momento de
su promulgación era arcaica y caduca, como pueden confirmarles todas las
sociedades médicas relacionadas. Lo que el año anterior se había ganado con el
matrimonio igualitario comenzaba así a quedar vacío de contenido, al negar las
posibles consecuencias del mismo, y el Gobierno que lo había iniciado comenzaba
a perder su carácter progresista. Posteriormente, y gracias al apoyo feminista
dentro del partido, dicha Ley se modificó para permitir el registro de niños a
nombre de sus madres lesbianas, incluyendo a la que no tuviera relación ni
biológica ni del parto con ellos. Cuando en 2008, con ese mismo Gobierno
socialista, solicité apoyo para que mis hijos neonatos pudieran ingresar a
España y ya dentro del país aclarar su situación legal (en igualdad a los hijos
de parejas heterosexuales o de lesbianas en semejantes circunstancias), nuestro
Secretario de Movimientos Sociales se negó ni a ponerse al teléfono para
atenderme (para escándalo del secretario de su Agrupación, ya que pude escuchar
la conversación), y la ya entonces Secretaria de Igualdad, que al menos sí se
puso al teléfono, me dijo parcamente que nada podía hacer. En el teléfono del
entonces Ministerio de “Igualdad” nos dijeron que no podían atendernos porque
no éramos mujeres, y cuando insistí y les expresé mi perplejidad me amenazaron
con denunciarme (por lo visto tenían un entrenamiento muy específico y centrado
en ello) basándose en que nuestra conversación estaba siendo grabada, donde
puede escucharse entonces que fueron ellas las perplejas cuando les supliqué
que lo hicieran. Probablemente su mencionado entrenamiento fue la causa que
desafortunadamente no me hicieran caso.
Durante todos estos años he
aguantado las expresiones de personas que opinaban sobre la gestación subrogada
por lo que habían leído (en el mejor de los casos), y en muchos por su simple
intuición. Como si opinaran de las dificultades técnicas de un amerizaje, sin
haber hecho uno, también por haber leído de ello (en el mejor de los casos) y
mucho menos saber pilotar. Y gran parte de esas opiniones provienen del llamado
sector feminista del partido, mayormente anclado en la corriente filosófica de
los años 80 que niega a la mujer la posesión absoluta de su cuerpo, a diferencia
de las posteriores que lo reconocen, y que por razones que deberíamos meditar
estas últimas militan mayoritariamente en otros partidos de nuevo cuño. Como en
otros puntos, en éste también el PSOE deja así de ser entonces un partido
progresista.
No voy a entrar aquí aún en
el debate sobre la conveniencia o no de una técnica de reproducción humana
perfectamente aceptada en muchos países de nuestra misma cultura occidental (y
con sectores feministas aún más amplios que los nuestros y que no discrepan de
ella), sino en los modos y procedimientos que estupefacto observo en mi
partido. Recientemente, nuestro Secretario General (al que por cierto, no pude
votar por defectos electorales que denuncié y reclamé en su momento,
reclamación de la que jamás he tenido ni un acuse de recibo siquiera) ha
declarado en varias asambleas que no está de acuerdo con dicha técnica (como
mínimo, una en Asturias y otra en Donostia). Que yo entienda, lo hace en su
carácter de Secretario-candidato y sin que haya habido un debate interno sobre
el asunto. Pero también decidió antes ratificar en el Congreso un acuerdo de
adopción con Rusia que muchos consideramos escandalosamente inmoral e inconstitucional
y que, de hecho, creo que no ha sido aceptado por ningún otro estado de la UE. Y con parecido debate
interno. La democracia que el PSOE siempre ha defendido no es la simple
convocatoria periódica de elecciones (que como ya he dicho ni se me permitió
votar en la última), es generar decisiones de consenso mediante el debate entre todas las partes implicadas.
¿Cuándo ha ocurrido el de las Técnicas de Reproducción? Es más, ¿Sabéis lo que
dicen las encuestas de todo ello?
En el colmo del marasmo,
recientemente los representantes de la asociación que recoge a la inmensa
mayoría de nuestras familias (ya que desde hace un tiempo dejó de ser LGTB y
ahora acoge también a los heterosexuales en una unión y normalización que
debería ser ejemplo) fueron recibidos por todos los partidos del arco
parlamentario. Y en el único donde fueron recibidos hostilmente fue en el PSOE.
Los partidos menos entusiastas (IU y el PP) se comprometieron a incluirlos en
sus debates internos sobre el tema, que abrirán muy próximamente. Pero en el
PSOE, entre otras, mi colega la
Secretaria de Igualdad les manifestó que: 1- nuestros hijos
realmente son hijos de sus gestantes (aunque no tengan vínculo genético), que
por tanto son “sus madres” y, 2- que nuestras gestantes se nos “prostituían”.
En consecuencia ¿qué es lo que piensa nuestra Secretaria de Igualdad que son
nuestros hijos? Sí. Esa palabra compuesta y tan manida. Y por supuesto, en
ningún momento se interesó por la protección de esos niños o sus familias, solo
de la de unas mujeres que jamás le pidieron eso. Ya no solo es la carencia de
debate interno ¿Hay tan siquiera meditación?
Cuando recientemente el
compañero secretario General quiso hacerse una foto en Extremadura con un
matrimonio gay que paseaba el cochecito con sus bebés, estos le hicieron notar
que eran sus hijos por la técnica que su directiva del PSOE condena sin
meditar, y su respuesta fue que le convencieran de su bondad. Le pidieron su
teléfono para ello pero no les dio una forma de contacto antes de irse a otra
foto. Han estado intentando lograr contactarle. ¿Les darás la oportunidad de
hacer lo que les pediste? Por favor, no aumentéis mi crisis de fe.
Saludos siempre socialistas
(firma ilegible)
Xxxxxxx Xxxxxx Xxxxxxx
DNI xxxxxxx7F
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