Con música
del Maestro Alonso y libreto de González del Castillo y Muñoz Román, “Las Leandras” se estrenaba en el teatro
Pavón de Madrid el 12 de noviembre de 1931. Entre su
repertorio aún resuenan por plazas y calles El Pichi o Los
nardos.
El Pichi (¡quién no lo ha
tarareado!) alude en su letra a una de las figuras del momento:
Se lo pues´pedir a Victoria
Kent,
que lo qu´es a mí, no ha nacido quién.
que lo qu´es a mí, no ha nacido quién.
Anda y que te ondulen con
la 'permanén',...
Al parecer, Victoria Kent era
considerada dura, muy dura. El punto de comparación idóneo para un “flagelador”
como El Pichi.
La “Srta. Kent”, como se la llama en las Actas del Congreso,
había realizado unos días antes del estreno de la obra, el 1 de octubre, un
discurso en las Cortes oponiéndose al
voto femenino.
¿Sus motivos? Que la mujer
española no era cómo ella deseaba, no tenía la formación que ella deseaba y que,
por tanto, no usaría el voto cómo ella deseaba.
“Si las mujeres españolas
fueran todas obreras, si las mujeres españolas hubiesen atravesado ya un
periodo universitario y estuvieran liberadas en su conciencia,
yo me levantaría hoy frente a toda la
Cámara para pedir el voto femenino”
Pero como no….que se jodan, que diría, años después, otra
dama de nuestras Cortes, tan campechana ella.
Resulta curioso cuánto cuesta lograr,
arrancar casi, los derechos humanos de manos de los políticos y sus afines.
Sean de una u otra ideología que, en esto
de la igualdad, ellos sí que son iguales.
Los extremos se tocan y amasan y confunden. Unos y otros.
Los unos, porque se les altera el equilibrio de poder, de relaciones
patriarcales, religioso-sexuales y otras cosas por el estilo.
Mi memoria salta hacia aquella paciente, joven, que no hace muchos años consultó porque “cuando mi marido me aplica el Santo Sacramento del Matrimonio me duele mucho”. Hay cosas que han de hacerse dentro del sacramento (Cásate y sé sumisa), aunque duelan. El feminismo religioso se dignifica en el sacrificio. La mujer deviene en objeto sagrado, en templo uterino donde el padre, el macho, cual nuevo Zeus tonante, deja su semilla en forma de lluvia dorada que garantice su linaje.
Mi memoria salta hacia aquella paciente, joven, que no hace muchos años consultó porque “cuando mi marido me aplica el Santo Sacramento del Matrimonio me duele mucho”. Hay cosas que han de hacerse dentro del sacramento (Cásate y sé sumisa), aunque duelan. El feminismo religioso se dignifica en el sacrificio. La mujer deviene en objeto sagrado, en templo uterino donde el padre, el macho, cual nuevo Zeus tonante, deja su semilla en forma de lluvia dorada que garantice su linaje.
"Hasta los años 70 las leyes relativas a la
intimidad y la familia han seguido el referente cristiano. Pero ahora ese
vínculo ha desaparecido. Hay una parte de la población que no se conforma. La familia tal y como la
concibe el imaginario cristiano occidental debe quedar protegida por la Ley",
resumía el sociólogo y teólogo Philippe Portier, a 'Le Monde', tras la
manifestación del pasado 5 de octubre, en París, contra la Subrogación y el
Matrimonio Igualitario.
Los
otros, porque ellos saben
qué es lo mejor para la mujer y, en una versión
propia y renovada de tutela, le dicen que sí, que es libre, pero….ya te
digo yo qué puedes o no puedes hacer. Estos, mejor dicho, estas recuerdan a Don
Miguel Primo de Rivera, dictador pero
moderno, que concedió el voto femenino a la “hembra mayor de 23 años no casada” (para evitar conflictos
familiares, se entiende, no fuese que votase algo diferente a su esposo); ese
que en 1927, en la convocatoria de
la Asamblea Nacional Consultiva de
la Dictadura establece que pueden formar parte de ella «varones y hembras, solteras, viudas o casadas, éstas debidamente
autorizadas por sus maridos». Ahora, la autorización la han de dar otr@s.
Durante años se ha defendido el derecho a
decidir de la mujer. Años hemos estado los españoles clamando por hacer
entender que “nosotras decidimos” no es una consigna vana. Para encontrar
ahora que el “nosotras decidimos” ha
de ser tutorizado adecuadamente y que la mujer no puede decidir por qué gesta(o
no), para qué gesta (o no) y para quién gesta (o no).
Abortar es
un derecho (que han tratado de escamotear a través de una legislación
con aroma inquisitorial) pero donar la capacidad de gestación es un atentado a
la libertad femenina, es uso y atropello. Y esto, en boca de las radicales de turno, se vuelve dogma y doctrina. ¿En
qué quedamos? ¿Puede o no puede decidir la mujer sobre su útero? ¿La liberal (y hembrista) feminista es la que tiene el don de la verdad? ¿de decir
qué es bueno y qué es malo para la mujer?¿qué la empodera y qué la menoscaba?
“Si las mujeres españolas fueran todas obreras, si
las mujeres españolas hubiesen atravesado ya un periodo
universitario y estuv. . . ”
Así, en este vivero de benevolencia sacra y
de ausencia de respeto a la autonomía femenina, se teje la oposición ideológica
a la gestación subrogada.
En
nombre de la mujer y por el bien de la mujer (siempre hay alguien que sabe mejor que nosotr@s lo que nos conviene, sea
el pater familiae, sea la mater liberatrix) la subrogación no se
debe de regular, es pecado; la subrogación es una explotación, es abuso; a la
subrogación no hay que llamarla así, que el nombre la dignifica, hay que llamarla
“vientre” y de añadido “alquiler”, a ver si con estos poderosos argumentos se
la muda en repugnante.
Porque si la mujer decide, si la mujer hace, si la mujer dice por su cuenta y se olvida de nosotr@s, radicales trasnochad@s, ¿qué nos queda en la vida? . . . Nosotr@s sabemos lo que le conviene a su útero. Ellas no son las mujeres preparadas que pueden saber qué es liberador o castrador. Gracias a Dios, yo estoy aquí para desatarlas y conducirlas por el buen camino de la “mujer emancipada como Dios manda”.
Porque si la mujer decide, si la mujer hace, si la mujer dice por su cuenta y se olvida de nosotr@s, radicales trasnochad@s, ¿qué nos queda en la vida? . . . Nosotr@s sabemos lo que le conviene a su útero. Ellas no son las mujeres preparadas que pueden saber qué es liberador o castrador. Gracias a Dios, yo estoy aquí para desatarlas y conducirlas por el buen camino de la “mujer emancipada como Dios manda”.
Violeta
Luna, poetisa ecuatoriana, tiene un hermoso (y doliente) poema: “Afuera de la trampa”. No voy a
transcribir aquí todos sus versos, pero
sí algunos:
Dejadme por favor vivir mi vida
...
dejad que me equivoque,
...
Dejadme por favor vivir mi vida,
que escape,
que reniegue
que grite por las lluvias que se enlodan
que ría por el lodo que se enlluvia
Mujeres todas, no lo dudéis: pasará tiempo, lo sé, lo
sabéis, pero se logrará. Podréis vivir vuestras vidas. Como queráis y con las
decisiones que queráis. Libres. De ellas y de ellos.
Desde lo
más profundo de mi corazón, os doy las
gracias por esa lucha que dignifica a mujeres y hombres por igual.
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En España, el movimiento para regular la Subrogación o Gestación por Sustitución,
en pie de igualdad con otras Técnicas de Reproducción Asistida, está defendiendo
la legalidad y la ética de este procedimiento y buscando el marco necesario de respeto
hacia todos los implicados, Niños, Padres/Madres y Gestantes, y para con los
Derechos que les son inherentes.
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Para Aurora, Marta, María Jesús, Judit, Eleonora,
Claudia, Ana, Mª Ángeles, Carla, Leyre, Vero, Paloma, Sonia, …
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